El heroísmo, o pseudoheroísmo, de determinada coyuntura histórica, o persona, es fácil de comprobar. No es cuestión de ponerse un uniforme, una gorra y colgarse multitud de medallas. Ya Google y Wikipedia nos dan acceso a los archivos históricos y nos permiten comprobar quién es quién y que hizo, nuestros verdaderos o falsos currículos. Estamos en la era de la verdad.

Este 2023 se cumplen 60 años del golpe de Estado contra Don Juan Bosch en el 1963 y las preguntas son: ¿Quiénes fueron sus protagonistas? ¿Cuándo comienza a gestarse el movimiento de descontento en las Fuerzas Armadas contra el golpe? Y, ya en el 65: ¿Quiénes fueron los Comandantes de Abril? ¿Quiénes dirigieron los Comandos? ¿Quiénes las batallas más feroces?

Y, comienzan a surgir los nombres: Roberto Duvergé y Aniana Vargas, en la Zona Norte; Baby Mejía, quien inventó las Unidades Móviles; Juan Miguel, Fidelio, Cocuyo, Fafa, y desde luego los líderes militares, encabezados por Fernández Domínguez y Caamaño.

Y, faltarían los artistas: Silvano Lora, Condecito, Oviedo, René del Risco, Jacques Viau, Iván Tovar, Ada Balcácer; y desde luego las mujeres: Aniana Vargas, Picky Lora, Emma Tavárez Justo, Hilda Gautreaux, Yolanda Guzmán, Ivelisse Acevedo, Brunilda Amaral, Cristinita Díaz, Teresita Espaillat, y en el flanco cristiano Dinorah Cordero (enlace con Monseñor Clarizio), Matha Olga García, José Joaquin Puello y Bernardo Defilló, entre muchos médicos; y los periodistas: Radhamés Gómez Pepin, Juan Bolívar Díaz, Emilin Herasme, Cabito Gautreaux, entre muchos/as otros.

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Todos estos nombres, (y se me han quedado cientos en el tintero, sobretodo en el interior del país), dan una idea de la magnitud de la Guerra de Abril, la cual se prolongó durante seis meses, a pesar de los bombardeos a la población civil de la Zona Constitucionalista, y de las unidades del CEFA, apoyadas por una invasión norteamericana de 42,000 marines más una “Fuerza Interamericana de Paz”, liderada por Brasil.

La pregunta es: ¿Por qué, si como afirman algunos historiadores militares, entre ellos Ramiro Matos, la Revolución de Abril no existió, ni llegó siquiera a la categoría de revuelta, el ejército golpista no contradijo el llamado del entonces embajador de los Estados Unidos: J. Tappley Bennet, al gobierno de Johnson, solicitando una fuerza interventora porque había “57 comunistas” “liderando la Revolución”?

Fueron las fuerzas interventoras las que apoyaron la”Operación Limpieza”, liderada por Pérez y Pérez, en la Zona Norte, responsable de las masacres más connotadas del conflicto armado.

Por eso, la pregunta del millón a los hoy historiadores militares es: ¿Por qué no se opusieron ustedes a la intervención norteamericana, en nombre del nacionalismo, amor patrio y pundonor que enarbolan como estandartes de las Fuerzas Armadas Dominicanas?