SANTIAGO. Con inquietud, nerviosismo y preocupación, ante la advertencia del alcalde Abel Martínez de que este jueves es el último día que se celebra en el barrio Pueblo Nuevo el mercado de las pulgas, decenas de vendedores y compradores participan en la actividad.
El estado de ánimo de ellos tiene su origen en que la oferta y compra de los productos que se comercializan allí podría ser traslada a contar del jueves próximo hacia un área habilitada por la alcaldía en las afueras de la ciudad, con el objetivo de que se desarrolle con mayor organización, seguridad e higiene.
Mientras la incertidumbre prevalecía, Luis Alberto Jiménez, presidente de la asociación que agrupa a los vendedores, dijo esta mañana que espera que el alcalde Martínez entienda los aspectos negativos de llevar el mercado a la urbanización El Ejecutivo, ubicada en la parte oeste de aquí.
Y lo acusó de hacer un censo con sólo algunos de los vendedores reales.