¿Turbulencias?
El comportamiento de los ciclos económicos (es decir, los vaivenes, las altas y bajas en el comportamiento de la economía) no han quedado atrás, pues son fenómenos consustanciales a la economía de mercado.
Jim Rogers, quien es uno de los principales inversores norteamericanos, sostiene que la economía mundial, y en especial la norteamericana, se encuentra en la antesala de una nueva recesión global llamada a destruir los cimientos del actual orden monetario-financiero internacional.
La masiva impresión de dinero falsificado por el Estado y la creciente expansión de los derivados financieros son fenómenos que están destruyendo el valor real del dólar, en cuanto moneda norteamericana. Los derivados financieros alcanzaron en el 2008 un monto de 500 mil millones de dólares, pero que para el 2016 ya superan los 1,2 billones de dólares, según estadísticas del Fondo Monetario Internacional (FMI).
George Soros, renombrado inversor y especulador financiero norteamericano, de origen húngaro, llegó a expresar palabras tan pesimistas como las siguientes: “Cuando miro a los mercados financieros veo que hay un serio desafío que me recuerda a la crisis que tuvimos en 2008”.
Conviene tener muy en cuenta la visión de futuro que sustentaba el filósofo chino Confucio (quien vivió entre los años 551 y 479 antes del nacimiento de Jesucristo) al sustentar la siguiente frase: “Estudia el pasado si quieres pronosticar el futuro”.
Así, en los últimos 25 años Estados Unidos ha sido azotado por tres fuertes recesiones, las cuales se registraron durante los años 1991, 2001 y 2009. Y todavía la principal economía del mundo no logra recuperarse de los estragos desatados por la denominada Gran Recesión (2008-2009).
Téngase presente que pocos meses antes de que se produjera el crack (derrumbe) de las operaciones en las bolsas de Wall Street, principal centro financiero de Estados Unidos, todo iba de maravillas en la psicología de los inversores y algunos economistas llegaron a sostener que la prosperidad había llegado para quedarse, pero…
Durante la década actual el crecimiento del producto interno bruto (PIB) norteamericano se había mantenido a un ritmo de 5,2 por cierto, a pesar de que el 2000-2001 experimentó una corta recesión tras la caída en picada del valor de las acciones de las empresas tecnológicas (crisis del estallido de la burbuja puntocom).
La economía mundial disparó su tasa de crecimiento en 4,9 por ciento durante el período 2003-2006, superando en mucho la media histórica.
Hay que prepararse para nuevas turbulencias productivas, comerciales y financieras a escala planetaria. Que no se trata de una visión pesimista, sino de un reconocimiento de los graves problemas estructurales que postra de rodillas al gigante económico norteamericano. Hay que tener visión de futuro para que las sorpresas no afloren.