Superación
Antes que ocultar o maquillar su pasado de carencias, abusada y ejercicio de la prostitución, la diputada electa Jacqueline Montero lo ha expuesto sin ningún tipo de estupor, pero, eso sí, como plataforma de su programa de trabajo como legisladora.
Conoce la dramática realidad contra la que lucha porque la sufrió en carne propia al ser violada desde niña, maltratada por su marido y tener que vender su cuerpo como último recurso para no morir en la indigencia.
Una paliza de un cliente que se negaba a usar un condón hizo que Montero, que sacaba tiempo para estudiar Enfermería, cambiara de vida.
A sus 46 años de edad se define como profundamente cristiana, con una licenciatura en Teología en la Universidad Cristiana, donde se graduó en 2014, y es madre de 15 hijos, de los cuales tres son biológicos y otros 12 adoptados.
Antes de salir electa diputada en la boleta del Partido Revolucionario Moderno (PRM), esta mujer, que pretende ser la voz de las trabajadoras sexuales, había sido regidora del Ayuntamiento de Haina. Su vida es una fuente para abrevar.