Página Dos Primera Fila

PRIMERA FILA

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Suicidio

Antes de suicidarse de un disparo en su residencia de Lima, Perú, el expresidente Alan García había advertido que no se dejaría arrestar para ser investigado por el escándalo de los sobornos de Odebrecht. Ayer García, dos veces presidente, cumplió su palabra cuando agentes de la Policía llegaron a su casa con una orden de detención.

Con la conmovedora decisión el exgobernante, quien ya antes había fracasado en su intento de evadir la persecución asilándose en la embajada de Uruguay, ha dejado una larga estela de interrogantes.

Si era inocente, como proclamaba, ¿por qué entonces no optó por afrontar la justicia para demostrarlo? Dado que también otros exmandatarios han sido detenidos por el escándalo, en su caso no puede alegar persecución política.

La salida de quitarse la vida para no enfrentarse a la justicia no libera de sospechas. Y amplifica más el escándalo.

El Nacional

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