El ministro de Economía ha alborotado el sector zona franca con su advertencia de que el país tendrá que abocarse a un sistema fiscal que aborde lo relativo al régimen de incentivo al desarrollo productivo. Las empresas de zonas francas no tardaron en rechazar las declaraciones del ingeniero Temístocles Montás en el entendido de que la eliminación de los estímulos atentaría contra la estabilidad de más de 500 mil empleos directos e indirectos. Es posible que Montás haya puesto el dedo sobre la llaga de uno de los puntos más sensibles de la reforma fiscal integral por la que aboga el sector empresarial. Ningún sector quiere que toquen sus intereses y de ahí reacciones como la del presidente de la Asociación Dominicana de Zonas Francas, Aquiles Bermúdez, sobre las declaraciones de Montás. El funcionario advirtió que la reforma tributaria, que consideró inevitable, tendrá que consensuarse, además de compromisos similares para sectores como la educación y la electricidad. Y es obvio que el compromiso implicará sacrificios que nadie quiere.