Conmemoramos la semana pasada, el miércoles 16 de agosto, el 160 aniversario del inicio del levantamiento patriótico de “La Restauración de la República”, después que fue izada en Capotillo la Bandera Nacional que anunció la guerra contra la Anexión a España, que había ejecutado el traidor infame, inolvidable, Pedro Santana. Hemos calificado siempre ese episodio único en la historia de América y tal vez del mundo como “La Gran Epopeya”, del pueblo dominicano, pero en una expresión lógica de historiadores, periodistas, comentaristas de radio y televisión de nuestro país, ratificamos que las mayoría están confundidos de ese capítulo de nuestra historia que estamos obligado a respetar, estableciendo al hablar de él, la verdad única y absoluta.
El Gobierno Restaurador, entre agosto de 1863 y julio de 1865, fue dirigido por tres presidentes: JoséAntonioSalcedo, (Pepillo), Gaspar Polanco y Pedro Pimentel, este último, de los tres, es un Prócer olvidado, siendo en la realidad de los hechos el más importante de todos; todos los reconocimientos que se hicieron públicos la pasada semana elevaron a Gregorio Luperón como el más notable de los héroes de La Restauración, que se integró al Movimiento Restaurador cuando apenas era un joven de 22 años de edad: el Capitán Español Ramón González Tablas, que fue uno de los oficiales ibéricos que máscombatió a los dominicanos en ese momento, dice en su libro “ Historia de la denominación y ultima Guerra de España en Santo Domingo”, refiriéndose a Pedro Antonio Pimentel, lo siguiente:.
“Pedro Antonio Pimentel era criollo de 50 años de edad, proporcionada estatura, buenas facciones y color europeo; su cabellera y bigote eran grises. En el campamento se mostró muy reservado. Algunos de sus compañeros indicaron que desconfiaban de él y que sería el obstáculo para llevar a buen término cualquier arreglo. La profesión de Pimentel en el país era la de ganadero. Sus paisanos no le concedían su reputación de hombre ilustrado, pero tanto en las conversaciones que le oímos, como en sus actos posteriores, demostró ser hombre de ruda franqueza y de enérgica resolución. Fue uno de los primeros cabecillas que acaudillaron algunos grupos de sublevados y de los que con más fe y encarnizamiento combatieron la dominación española. Se oponía a toda transacción que no tuviera por base el abandono de la isla”.
González Tablas fue crítico severo del pueblo dominicano, al que no quiso reconocerle virtudes y cualidades de ningún género; razón por la cual ese breve retrato de Pedro Pimentel es sumamente revelador porque, aunque no era un hombre ilustrado cuando lo escucharon hablar lo hizo con franqueza y energía, como lo demostraría, con su comportamiento, en el transcurso de la guerra. Es lamentable que ese testigo de verdad de la Gran Epopeya, no tomara en consideración a otros próceres y héroes, que se destacaron en la gran epopeya de nuestro pueblo, que ha sido el que mas ha combatido, en su historia militar y política, para consolidar y mantener la soberanía de la República.
Y tener presente siempre, los soldados de la nación que combatieron y han combatido, en años presentes, y han enseñado a pelear a otros pueblos hermanos de la región del Caribe. No olvidemos a esas figuras y tengamos presente siempre antes de escribir o hablar en recuerdos, a Pedro Antonio Pimentel, que cuando se despidió de la vida, lo hizo con estas palabras “Por la Patria todo, hasta la vida si fuere necesario”.