¿Qué Pasa?

Propuesta urbana con rostro de merengue

Propuesta urbana con rostro de merengue

Rosalía

Santo Domingo.- Shakira, la entonces reina de la música latina, la dueña del negocio de la industria del disco, en su mejor momento se montó en el tren del merengue.

El Cata despertó el gusanillo del género bailable dominicano en la intérprete de Pies descalzos cuando ella se divertía en una discoteca de Miami.

La fusión de merengue que escuchó la levantó de su asiento y provocó en ella la cualidad de ciertos individuos de ver más allá de la curva. Vino al país en compañía de su equipo de trabajo que asaltó un modesto estudio casero ubicado en el centro de Alma Rosa II, Santo Domingo Este y con Loca la cantautora colombiana sumó el merengue a su repertorio y la prueba no pudo ser mejor. Todo se cocinó en 2010. Loca fue el primer sencillo del premiado álbum “Sale el sol”.

Shakira

El merengue es un género-esponja, de tal dignidad que enriquece ritmos sin dejarse permear por las mezclas.

Hoy día, para sorpresa de ciertos escépticos, intérpretes urbanos como Bad Bunny, y de estilo flamenco pop como Rosalía, echan manos del ritmo criollo para, con elementos de la techno-percusión, lanzar temas que conecten con un público que nada entre ambas aguas.

La atracción ejercida por el merengue en otros géneros musicales no es cosa de ahora.

El Rey del Reguetón ya lo había probado. Su amor por la música dominicana lo ha puesto de manifiesto en sus más de tres décadas de reinado en el espectro urbano.

Superando los discursos mediáticos el ejemplo de Daddy Yankee está grabado en sus temas Lo que pasó, de su irrepetible álbum “Barrio fino”; seguido de Ella me levantó, de su producción “El Cartel” (2007); luego El ritmo no perdona, y de su álbum “Mundial” (2010), La despedida.

Antes ya dejaba su sello en temas como Estrellita de fuego, en colaboración con Omega y Ven conmigo, con Prince Royce.

Esa atracción por el merengue ha influido en otros como Rakim & Ken-Y, quienes de la mano de Raphy Pina arrasaron con Te regalo amores. También lo hizo Tito El Bambino con Llama al sol.

Contrario piensan ciertos eruditos de la “música” actual, propagadores de la tesis de que los urbanos hacen merengue “para ayudar” a que la juventud que los sigue mire hacía el género, el discurso no es tan simple como pretenden venderlo.

Bad Bunny

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Hace unas semanas El Conejo Malo sorprendió con Después de la playa, merengue incluido en su cuarto álbum “Un verano sin ti”,  que se ha convertido en uno de los más exitosos entre los artistas latinos. Contó con los arreglos del dominicano Dahian el Apechao, joven músico que luego de ingentes intentos por darse a conocer se colocó en el ojo público tras el estreno del tema.

Lo más reciente de una artista que vive su momento es el caso de Rosalía, quien el pasado jueves soltó el merengue Despechá, del álbum “Motomami”, y del que los analistas musicales de España aseguran podría convertirse en la canción del verano. ¿Se entiende?

“Hay muchas formas de estar Despechá, en este tema es desde la locura y la libertad, sin reservas ni arrepentimiento. Este es el lugar desde el que hago música, desde donde lo hacía cuando empecé y en el que seguiré hasta que Dios diga. Doy las gracias por haber podido viajar en estos últimos años y haber aprendido de músicas de otros lugares entre ellos RD, donde artistas como Fefita La Grande, Juan Luis Guerra o Omega me han inspirado y que sin ellos esta canción no existiría”, destacó la joven artista en su cuenta de Instagram, en una demostración absoluta de respeto hacia los cultores del merengue.

Distinto al “manejo casero” de figuras urbanas del patio, los mencionados intérpretes tienen equipos de trabajo conocedores del negocio, saben por dónde va la corriente y avizoran qué está pasando y qué puede pasar en las autopistas del gusto popular.

Los melómanos, que escuchan música en sus plataformas digitales, en sus vehículos, en sus casas, discotecas, o, simplemente en las calles, son los laboratorios de los que se nutren esos equipos de profesionales.