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Recientemente propuse tomar la iniciativa de la construcción de la Ave. Paseo del Río, que actualmente trata de extenderse desde la Ave. Francisco Caamaño Deñó hasta el Puente Francisco del Rosario Sánchez, y extenderla hasta el puente Jacinto Peynado y extender una avenida similar en el otro margen del Río Ozama para convertir esa zona en el corazón comercial del Gran Santo Domingo. En esta ocasión deseo profundizar un poco más en esa propuesta.
Las avenidas en los márgenes del Río Ozama, como indiqué anteriormente, deben tener una especial prioridad para facilitar el tránsito de peatones y servir como espacios de recreación y esparcimiento para la población. Adicionalmente se debe crear infraestructura marítima para facilitar la navegación a lo largo del río, y crear múltiples puentes que conecten ambas avenidas.
Los espacios en los lados de estas avenidas deben ser priorizados para proyectos de viviendas de muy alta densidad y zonas comerciales. En muchas ciudades del mundo, incluyendo en las varias de las capitales más importantes, la ladera de los ríos tienden a ser las zonas más exclusivas y de mayor flujo de visitantes, y este proyecto debe apuntar a esto. Estas avenidas deben apuntar a convertirse en el centro del Gran Santo Domingo.
De este objetivo derivarían múltiples efectos. Por un lado, el hecho de que estas avenidas estarían bordeando ambos márgenes del Río Ozama crea el potencial de convertirles en el punto de partida para múltiples soluciones de transporte urbano hacia a las afueras del río que hoy fungen como los centros del Distrito Nacional y la Provincia de Santo Domingo. Adicionalmente, esto generaría un boom de viviendas con zonas de muy alta densidad que en el mediano y largo plazo contendría el aumento del valor de las viviendas en el Gran Santo Domingo y cambiaría dramáticamente el aspecto de toda la zona relativamente cercana al río.
Adicionalmente otro factor, quizás tan importante como los antes mencionados, que derivaría de este proyecto es que se tendería a cambiar al Río Ozama en el mediano y largo plazo. Con este nuevo enfoque los desagües que habitualmente vierten toneladas de basura hacia al río captarán mayor atención del sector público y privado y estimularía su control o eliminación a través de múltiples iniciativas de ambos sectores. El saneamiento del río sería una prioridad constante del Gran Santo Domingo, y se estaría cambiando radicalmente la dinámica de incentivos económicos alrededor del uso del mismo, pasando a ser su cuidado notoriamente más rentable que su contaminación.
Inicialmente, cuando originalmente hice la propuesta, la consideré desde una perspectiva muy enfocada alrededor de la infraestructura y el impacto que eso tendría en la zona. Mientras más la he considerado me ha resultado evidente que su potencial impacto sería más significativo en todo el Gran Santo Domingo, y entiendo que el Estado debería poner toda su fuerza en impulsar un proyecto de este tipo, cambiando para siempre la cara de la ciudad que creció de espaldas al río.