Opinión Articulistas

Prueba de relevo en PRM

Prueba de relevo en PRM

Luis Pérez Casanova

Puede tratarse de un enfoque errado, en el mejor de los casos, la visión que relaciona las aspiraciones presidenciales de dirigentes del PRM con el resurgimiento de las tendencias que en el pasado fracturaron al progenitor de ese partido, el PRD, a tal punto de costarle el poder y alejar las posibilidades de recuperarlo. No se ha visto que ninguno de los funcionarios señalados como potenciales candidatos haya descuidado sus responsabilidades o utilizado el cargo para promover su nominación.

Ante que un riesgo para la unidad esas aspiraciones son un ejercicio de democracia y una fuente de dinamismo para la organización. Si algo debe preocupar al PRM es que ninguno de los que suenan como aspirantes ha prendido en la población ni tiene el posicionamiento o la imagen para relevar al presidente Luis Abinader en las elecciones de 2028. Y no por la aplastante figura de Abinader, sino porque alrededor de la masa electoral de ese partido se ha creado, al menos en apariencia, cierto compás de espera sobre el desenlace de los acontecimientos.

En el proceso de ensamblaje de esa opción de relevo habrá que tomar en cuenta múltiples factores para tratar de conectar el perfil del candidato con el sentimiento de la población. Además del carisma, la trayectoria y un discurso bien estructurado no se puede obviar la característica de una sociedad que, conforme a la encuesta sobre cultura democrática patrocinada por el Ministerio de Economía, tolera la corrupción y se identifica con el clientelismo político.

El panorama para 2028 pinta muy diferente de la coyuntura que convirtió a Abinader en candidato presidencial del PRM, primero en 2016 y después en 2020. El mandatario no era, como lo es hoy, el líder principal de la organización, pero sí el aspirante más potable para importantes sectores del partido y para un núcleo externo, ligado a la organización y opuesto al peledeísmo que había detentado el poder durante 16 años de manera ininterrumpida. Abinader tenía todo a su favor, incluyendo el valor y la integridad moral legada por su padre, doctor José Rafael Abinader.

Aunque con todo lo importante que resulta el PRM conserve la más estricta unidad para los comicios de 2028, no se puede dar el lujo de concurrir con un candidato sin raíces en la población, sobre todo en esa masa flotante que vota por corriente o por el aspirante que esté de moda, sin importarle el pedigrí. Sin un Abinader encabezando la boleta el perremeísmo tiene un gran reto, que lo obliga a elegir un candidato que, además de comprender la realidad social, política y económica de la nación, garantice seguridad y confianza antes que reservas en sus compañeros.