Después del frenazo aplicado a la economía durante el primer trimestre de 2013, durante el cual el crecimiento fue apenas de un 0,3 por ciento, el Banco Central ha informado que el Producto Interno Bruto (PIB) creció 2,8% en el trimestre abril-junio, como resultado principalmente de los efectos iniciales de las medidas de expansión fiscal y monetarias aplicadas por las autoridades.
Aun así, el crecimiento para el semestre enero junio fue de un discreto 1.6%, impulsado básicamente por las exportaciones de oro y plata (222.6%) y la rentabilidad del sector financiero (8.8%), porque comercio (-2.9%), construcción (-4.3%) y manufactura local (-1.2%), experimentaron crecimientos negativos.
El comportamiento recesivo o de mínimo crecimiento de la mayoría de los sectores aportantes al PIB estuvo motivado en la drástica contracción del gasto público por parte del Gobierno que redujo el déficit fiscal a 0,9% del PIB, equivalente a 18 mil millones de pesos, cuando la previsión debió ser de al menos 1,4%.
Gobierno y autoridades monetarias han hecho una mancuerna de abordaje a la economía, en la cual el primero aplica medidas de ahorro y control que el segundo suaviza por vía de liberar encaje legal bancario e inducir a la baja en las tasas de interés como forma de expandir el crédito.
Al revisar el comportamiento de los principales indicadores económicos durante la primera mitad del año, puede decirse que el Gobierno ha tenido éxito en su programa de reducción del déficit fiscal señalado en 6.5% del PIB, que ha proyectado reducir para final de diciembre a 2.8%, meta sin precedentes en los últimos veinte años.
La medicina para el control fiscal ha debilitado al cuerpo económico de la nación, que no pudo ponerse de pie durante el primer trimestre y que apenas avanzo 1.6% en el semestre, lo que indica que Gobierno y Junta Monetaria tendrán que apurar el paso en lo que resta de 2013 para poder cumplir la meta todavía moderada de al menos un 3% de crecimiento en el PIB.
Es menester advertir que los sectores muy vinculados con la generación de empleo y de dinamismo económico, como comercio, construcción, agropecuaria, turismo y manufactura local han tenido comportamiento negativo o crecimiento muy por debajo de lo esperado.
No hay dudas de que el presidente Danilo Medina y su equipo de gobierno están compelidos a literalmente tirar la puerta por la ventada, sin excederse en la programación de control fiscal, para que la economía despierte plenamente durante lo que resta de 2013. Esa es la meta.
