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Puntos… y Picas

Puntos… y Picas

Carlos Manuel Estrella

Quimioterapia en PN

Los dos más recientes casos de brutalidad por parte de miembros de la Policía Nacional contra ciudadanos bajo su custodia representan gotas que rebosan la copa de paciencia y consternan hasta al presidente de la República quien se suma al sentir colectivo para frenar hechos y castigarlos con dureza.

En un lapso de diez días, dos hombres de 38 y 24 años, han muerto a pocas horas de ser detenidos y conducidos a destacamentos policiales en San José de Ocoa y el ensanche Naco de la capital, respectivamente, en decesos que los familiares atribuyen a golpizas propinadas por agentes del orden.

Estos lamentables sucesos ponen en entredicho la deseada reforma policial y estropean el esfuerzo y aportes del grupo de trabajo para la transformación y profesionalización de la institución (del que fui miembro) que encarnó la voluntad presidencial del urgente cambio en ese cuerpo.

Se han perdido dos vidas, las de José Gregorio Custodio en Ocoa y David de los Santos Correa, en Naco, con similar patrón de exceso policial, encubrimiento, “comisión investigadora”, creación de novela mediática con distorsión de los hechos y lentitud para el esclarecimiento y sanción condigna.

La reiteración de estos escándalos lleva a la conclusión lógica que los principales opositores a la reforma policial que se empecinan en obstruir ese propósito son grupos al interior de la propia Policía que actúan amparados en corrupción e impunidad, aparentemente “incontrolables”, como en el pasado.

La ciudadanía no admite más excusas ni remiendos, hace tiempo que el cáncer del cuerpo “del orden” hizo metástasis y lo urgente es extirpar de raíz órganos y células malignas con la inaplazable depuración uno por uno y de arriba hacia abajo de todos los policías para que solo queden los buenos.