A pesar de haber llegado al poder como “la generación política del cambio”, el Partido Revolucionario Moderno no ha podido formular planes concretos en el sentido que una buena administración de gobierno otorga a la palabra.

Hoy el Gobierno no sabe qué hacer con el Gobierno, y todo el que se ha acercado a la dirección del Estado dominicano con capacidad y firmeza, ha ordenado sus experiencias en forma de emprender ejecutorias que lo identifican con el desarrollo integral, que sí lo hemos visto en algunos actores que han logrado generar un consenso social y político favorable al cambio. Huelga citarlos.

Ahora se ha organizado el Estado más dirigido a lo prebendario y lo dadivoso, parasitado en todos los estamentos por las huestes partidarias y las grandes tareas son delegadas a la mano privada.

El Gobierno actual ha concentrado un descomunal derroche y una alimentación al ocio gobernando en forma manirrota, en un verdadero festival del dinero público,cuando las arcas presentan déficits espectaculares, y todo para tratar de apuntalarse en el poder.

Después de una cascada de gastos en pensiones privilegiadas, entrega de propiedades, subsidios, entre otros, y la amnistía fiscal, fideicomisos, asociaciones públicas- privadas para la construcción de obras o gerencia de los bienes públicos que son responsabilidades del Estado, aparece la inconcebible decisión de otorgar a los padres mil pesos por cada niño inscrito en la escuela pública: “¡más recursos para los haitianos”!; y vaya la política migratoria también delegada a la comunidad internacional mientras el país va camino al colapso de la soberanía tolerando el vaciamiento y asentamiento haitiano.

La reflexión y la lectura de todo esto puede resultar muy útil para dejar la firmísima convicción de que en la RD el “Gobierno no sabe qué hacer con el Gobierno”, ypor tanto, sólo nos espera el hundimiento total.