El doctor Leonel Fernández desgobernó a la República Dominicana por 12 largos años, durante tres períodos de gobiernos (1996-2000, 2004-2008 y 2008-2012), regímenes pertenecientes al Partido de la Liberación Dominicana (PLD), el cual es el padre legítimo de la Fuerza del Pueblo (FP), los cuales están marcados por la corrupción en todos los estamentos del Estado, situación que permitió que cientos de seguidores de Juan Bosch que llegaron al Palacio Nacional en «chancletas y saquitos prestados», hoy sean multimillonarios sin tener empresas y sin sacarse la loto.
Frente a tal realidad, hay que recordar que la gran desgracia que padece la sociedad actual es una herencia fatal de aquel pacto maldito conocido como «Frente Patriótico» en 1996, donde Bosch y Balaguer hacen pública la alianza que mantienen desde que ambos eran serviles al déspota y sanguinario dictador de Rafael Trujillo Molina.
Lo expuesto en los dos párrafos anteriores, es debido a que cuando veo, escucho o leo a Fernández que expresa sus preocupaciones por los “graves problemas nacionales”, de inmediato me pregunto, ¿y es loco que está? Porque, al parecer, él cree que «la sociedad dominicana sufre de demencia colectiva».
Si bien es cierto que una parte de la juventud no siente respeto por nada ni nadie, que vive sin noción de compromiso, que no tiene ideales, que no tiene propósitos ni metas, “no creo que la juventud y demás sectores sociales hayan olvidado los desmanes en el Estado dominicano.
Además, es oportuno recordar que Antonio Guzmán Fernández es el presidente que nacionaliza a la minera Rosario Dominicana, “pero que es Leonel Fernández el mandatario que mediante un contrato injusto y abusivo, regala la mina del Estado dominicano ubicada en Pueblo Viejo, Cotuí, a la multinacional Barrick Gold”, la que mediante un «acuerdo leonino» se queda con el 97% de los beneficios y el pueblo sólo recibe el 3%%.
También hay que precisar que en agosto del 2003 el gobierno del presidente Hipólito Mejía mediante un acuerdo con la empresa Unión Fenosa, el Estado, representado por la Corporación de Dominicana Empresas Estatales (CDEE), adquiere en 384 millones de dólares las distribuidoras Edenorte y Edesur, empresas que se habían privatizado a precios de vaca muerta».
Pueblo dominicano, recuerda también que son Fernández y el PLD los que quiebran, desmantelan y regalan las más de 40 empresas que componían a la Corporación Dominicana de Empresas Estatales (CORDE).
Lic. Ramón Diloné