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Corrupción

“Niveles indecibles”

 

La Conferencia del Episcopado Dominicano ha vuelto a poner el dedo en la llaga sobre el tema de la corrupción. La reiteración refleja cuán alarmante y preocupante se ha tornado una bochornosa práctica que para los obispos ha alcanzado “niveles indecibles”. Tan lamentable como ese “juego sucio de intereses” para enriquecerse que los religiosos atribuyen tanto al sector público como al privado es la indiferencia que, pese a conatos aislados, observa la población.

Ya el embajador de Estados Unidos, James W. Brewster, en una intervención calificada de injerencista se quejaba de la supuesta pasividad de la gente frente a la depredación de los recursos públicos.

El documento de los obispos católicos recoge el sentir al señalar que en múltiples ocasiones han denunciado la corrupción, sin que ni siquiera se haya sancionado a ningún imputado.

En otras palabras: que la impunidad ha campeado por sus fueros. En momentos como los actuales, en que la justicia es sacudida por una crisis que tiene la corrupción y el tráfico de influencia entre sus principales componentes, el documento tiene particular significación. Quizás sea el momento para que la sociedad se involucre en la lucha contra el flagelo y comience a pasar factura a sus protagonistas.

El Nacional

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