Conflicto vecinos
Fin sangriento
Por aparente falta de mediación en un conflicto entre vecinos, dos personas fueron muertas en Santiago, incluida una niña de siete años, y otras dos, todos miembros de una misma familia, resultaron heridas. El trágico desenlace de un conflicto de convivencia, al menos según ha explicado el homicida, refleja no solo crispación, sino incapacidad real de las autoridades para imponer el orden y dirimir conflictos.
Santos Antonio Carrasco Pérez declaró al entregarse a la Policía que disparó contra su vecina Esmeralda Padilla Mercado, con quien tenía problemas desde hacía siete años, porque al llegar a la casa se encontró con que ella tenía un radio en su residencia con música a alto volumen.
Decidido a poner fin al conflicto, Carrasco Pérez dijo que fue a la casa, pero que al no encontrarla se dirigió al colmado donde hizo los disparos que le causaron muerte tanto a Padilla Mercado como a la sobrina de esta Carmen Jiménez Padilla.
Durante el suceso ocurrido a alrededor de las 11:00 de la noche del domingo resultaron heridos los hermanos Eustacio y Rafael Jiménez, sobrinos de la mujer. Si la Policía, la Procuraduría General de la República o alguna de las muchas entidades que velan por la seguridad hubieran intervenido tal vez el trágico desenlace se habría evitado.