A solemnidad
Irrespeto burdo
El proselitismo político ha vuelto a mancillar la solemnidad de ceremonias tan emblemáticas como la conmemoración del Día de la Constitución. El respeto se ha perdido. El gobernador de San Cristóbal, Julio César Díaz, se valió del cargo que ostenta para ensombrecer un acto patrio con el tema de la reelección del presidente Danilo Medina.
Escogió el momento más inadecuado para hablar de algo que no venía al caso. La ceremonia era para exaltar el significativo histórico que ha tenido la Constitución.
El gobernador, con la proclama, se comportó como un político de media suela, que se guía solo por circunstanciales intereses políticos. Plantear la modificación de la Carta para consignar la reelección de Medina no es ningún delito.
Lo censurable es que aprovechándose de su condición de orador en el acto como representante del Poder Ejecutivo el gobernador de San Cristóbal irrespetara el protocolo al hablar de la reelección. A Díaz le correspondió izar la bandera de la ceremonia que se efectuó en la gobernación de San Cristóbal, donde ayer se cumplieron 173 años que se firmó la primera Constitución.
El nefasto oportunismo de Díaz lo presenta, al mismo tiempo, como un desconocedor de la historia al señalar que las reformas que se han hecho a la Carta Magna han sido la expresión del pueblo.
El artículo 210 de Pedro Santana no fue expresión del pueblo, sino de la fuerza, como muchas otras modificaciones que se han hecho a lo largo de la historia.