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Auditoría forense

Tormento JCE

 

Si la firma Deloitte & Touche decide renunciar a la auditoría forense de los equipos utilizados por la Junta Central Electoral (JCE) en las primarias del 6 octubre, será su decisión. Pero la compañía costarricense no puede asumir como insulto que se le objete por sus supuestos vínculos con el Gobierno ni por conflictos que habría confrontado en Estados Unidos, México y España.

No deja de sorprender que la intención de abandonar la auditoría, como reveló el presidente de la JCE, Julio César Castaños Guzmán, coincidiera con una solicitud del Partido Revolucionario Moderno (PRM) de que en el proceso se incluyera a la Organización de Estados Americanos (OEA) y al movimiento cívico Participación Ciudadana.

Después del fraude que se detectó en las elecciones de Bolivia, a causa del cual renunció el presidente Evo Morales, hay más razones para demandar transparencia en el sistema del voto automatizado. Al tiempo de reclamar a Deloitte & Touche que formalice su decisión de renunciar, Castaños Guzmán solicitó a los partidos políticos resolver el problema de los equipos porque el tiempo avanza.

El desacuerdo con la contratación de la firma costarricense plantea que sin el consenso de los partidos políticos la JCE no debe asumir decisiones unilaterales.

Aunque partidos como La Fuerza del Pueblo, que lidera el expresidente Leonel Fernández, han cuestionado desde un principio a Deloitte, la JCE ha tratado de imponerla. Es lo que se ha advertido tanto en la defensa como en la convocatoria para que la empresa explicara a los delegados el procedimiento para la auditoría forense.

El Nacional

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