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Reclaman socorrer ancianos abandonados

Reclaman socorrer ancianos abandonados

Para el Arzobispado de esta ciudad, en el país no existen políticas públicas adecuadas por parte del Estado, que sirvan para remediar la soledad y el abandono de ancianos que  deambulan por las calles “mendigando un pedazo de pan”.

Remarca que ese sector de la sociedad dominicana también sufre “la irresponsabilidad de algunas familias que, pudiendo evitar esta situación, se revisten de insensibilidad frente a sus padres y hermanos que atraviesan por este calvario”.

El planteamiento de la Iglesia en esta demarcación está consignado a través del editorial de la edición del próximo domingo del semanario Camino, titulado “Escuchar a los que sufren”.

“En nuestro país, tenemos que escuchar los gritos y lamentos de tantos ancianos que deambulan por las calles, mendigando un pedazo de pan. Están huérfanos de políticas públicas, por parte del Estado, que remedie la soledad y el abandono que llevan a cuestas cuando están llegando al ocaso de su existencia. Agreguemos la irresponsabilidad de algunas familias, que pudiendo evitar esta situación se revisten de insensibilidad frente a sus padres y hermanos, que atraviesan por este calvario”,  denuncia Camino.

Recuerda lo dicho por el papa Francisco en la 56 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, de que solo prestando atención a quienes escuchamos, qué escuchamos y cómo escuchamos, podemos crecer en el arte de comunicar, cuyo centro no es una teoría, o una técnica, sino la capacidad del corazón que hace posible la proximidad.

Un evento similar será celebrado el domingo 29 de este mes, que será el día de la Ascensión del Señor. Aconseja Camino que quienes están en los medios de comunicación “deberíamos hacer muestra esta invitación”.

“Vivimos momentos muy difíciles y hay personas que sienten el hambre de ser escuchadas, para que se conozca la angustia que llevan en su interior, y así encontrar el bálsamo que cure su dolor”, insiste.

De igual manera, que también se hace urgente escuchar “el llanto y el dolor profundo de las madres que en nuestro país, ven partir a sus hijos a destiempo, por la violencia y el desprecio a la vida que muestran miembros de la Policía”.

“Esperamos que nuestros oídos siempre estén dispuestos a escuchar el clamor de los que sufren, para acompañarlos, y juntos buscar la felicidad que anhela y requiere cada ser humano”, termina diciendo el editorial.