La Policía ha vuelto sobre el tapete, no solo por los ininterrumpidos intercambios de disparos, sino por el complejo proceso de reforma que transita. Pese a las innovaciones, el cuerpo aún se rige por una estructura que la remite más al pasado que a la modernización y profesionalización de estos tiempos.
El comisionado para la reforma de la Policía, Luis Ernesto García, consideró un paso importante la aprobación de una nueva ley orgánica. Si esa ley es necesaria para que el cuerpo cumpla su misión de garantizar el orden público y la seguridad ciudadana, entonces manos a la obra.
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Pero es posible que no haya que esperar una nueva ley para la reestructuración operativa que necesita la Policía. Es inconcebible que de 43,123 agentes activos con que cuenta el cuerpo, apenas 17 mil estén asignados a labores preventivas y una gran cantidad no haga más que cobrar.