El pescador Ignacio Javier, de 76 años de edad, y 40 en el oficio, comienza esta mañana su jornada de reparar en el muelle de pescadores del barrio Domingo Savio, en la capital, la red con la que procura ganar el sustento de su familia.
El Sol, que ya golpea con sus primeros rayos su espalda no será obstáculo para concluir temprano los remiendos, porque en la noche tendrá que hacerse a la mar en busca de sus presas.