Reportajes

Respaldan construir en RD monumento funerario en memoria de Rosa Duarte

Respaldan construir en RD monumento funerario en memoria de  Rosa Duarte

El llamado Cementerio General del Sur, de la capital venezolana, fue anulado por el progreso. En esas tierras fueron sepultados los restos mortales de Rosa Protomártir Duarte y Díez, hermana del fundador de la República.
La Caracas en cuyo seno halló Rosa cobijo final para sus carnes yertas, era un villorrio provinciano. Corría por los días de su expiración final, el 25 de octubre de 1888. En esa fecha tenía ella 68 años aunque el acta de defunción la hace constar con siete años menos.

¿Cuándo borró Caracas de sus planos el Cementerio General del Sur? ¿En los días de crecimiento urbano con el general Juan Vicente Gómez, bajo el auge primero del petróleo? ¿En los años del general Marcos Pérez Jiménez, durante los cuales se desató una regeneración urbanística?

¿O más tarde quizá, bajo el régimen democrático y plural de Don Rómulo Betancourt y de su sucesor y amigo, Don Raúl Leoni?.

Por la época de estos dos últimos gobernantes permanecí en la capital venezolana, en períodos distintos, por cuatro ocasiones. Asistía a cursos diversos y tuve ocasión de contemplar la extensión al Sur, de la avenida Baralt. Las trepidantes máquinas removían añosas casas de mampostería y cuanto se presentase ante sus palas.

¿Se llevó por esos días los túmulos y las tumbas del Cementerio General del Sur?

Antes o después de ello, la verdad caiga con todo su peso por encima de las conciencias del dominicano. Hacia la fecha del llamado “Centenario de la República”, la representación dominicana ante el gobierno venezolano averiguó sobre la vida y muerte de la dignísima patriota.

Era el tiempo de pedir la exhumación de sus restos y traerlos a la capital dominicana.
En esas fechas, por cierto, se consagraba el quehacer nacional a trasladar al Altar de la Patria, los restos de Duarte, Sánchez y Mella. Era, por tanto, tiempo perfecto para repatriar los restos de la augusta y santa protomártir de la República, hermana del Fundador.

Hoy, queda la ocasión de recordarla mediante el levantamiento de cuanto han denominado un cenotafio.
El nombre me luce horroroso para recordar a la eximia mujer alejada de su propia vida para consagrar su existencia a la Patria Libre y al hermano Juan Pablo, a quien en algún momento levantó de su postración emocional para continuar en la lucha de sus sueños.

Por eso prefiero Monumento Funerario. Aunque, más que por la denominación genérica, iría por la brillantez y la rapidez con la cual se levante.

Me permito proponer un diseño hecho por mi hijo Juan Manuel Gil Sánchez, que, aunque Ingeniero y con Maestría, cuanto domina es la Informática. Suyas son las vistas propuestas y la fotografía del abandonado edificio que alguna vez sirvió de sede a la ferretería El Candado de mi fallecido amigo Eudad Feria y de su esposa Ana.

También, en la segunda planta albergó la sede central de una empresa petrolera anglo-holandesa que aún opera entre los dominicanos.

Veamos la fotografía de la edificación en la calle Palo Hincado entre las calles del Conde y Mercedes; y veamos, por supuesto, el diseño del cual hablo, con una estatua yacente.

El Nacional

La Voz de Todos