Las inquietudes que como es lógico han surgido sobre la presencia aquí de los tres holandeses acusados de narcotráfico y lavado comprometen a las autoridades con una explicación verosímil.

Hay que aclarar desde cuándo Dennis Goedee, Urvin Laurence Wawaoe y Terence Angelo Richard de Vries están en el país cómo llegaron.

También tendrá que aclararse el procedimiento que emplearon para operar negocios y adquirir los bienes que se les han incautado. Más todavía cuando la prensa holandesa ha publicado que uno de ellos contaba aquí con “contactos corruptos”.

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Ya el obispo de la arquidiócesis de Santiago, Carlos Tomás Morel Diplán, ha cuestionado a los organismos de seguridad por la presencia de los neerlandeses, quienes según las autoridades integraban las estructuras criminales Mocro Maffia y No Limited Soldier. Las interrogantes hay que despejarlas.