La Policía puede guardar las estadísticas sobre el índice de la criminalidad y la delincuencia desde que inició el patrullaje mixto y por cuadrantes para combatirlas, porque la percepción habla por sí sola.

Desde que los agentes tomaron las calles, con el director del cuerpo al frente de algunos de los operativos, la seguridad ha mejorado, con todo y que en algunas zonas el patrullaje ha sido imperceptible. La Policía dijo que en un intervalo de 72 horas no se registraron muertes por causas delicuenciales.

Las estadísticas no dejan de ser alentadoras, aunque la realidad es que con los guardias y policías recorriendo distintos sectores por lo menos en la ciudad se respira un nuevo aire.

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Se siente más seguridad en las calles y una prueba es el movimiento comercial propio de las navidades que se advierte en distintos sectores. Razón tuvo el director de la Policía, Eduardo Alberto Then, cuando dijo que el patrullaje era la respuesta más efectiva para garantizar la seguridad y preservar el orden público.

Se ha tenido el buen tino de acompañar el patrullaje de servicio social o comunitario.

Tal parece que el duro mensaje contra la corrupción interna del comisionado para la reforma de la Policía, José Vila del Castillo, ha tenido sus efectos positivos en cuanto a mejorar el servicio de los agentes en materia de seguridad.

Pero la Policía no puede replegarse ni dormirse en sus laureles frente a una delincuencia que tiene que ser enfrentada por todos los medios.