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Río Masacre

Río Masacre

Orlando Jorge Mera

En los últimos días, la opinión pública ha visto con preocupación los acontecimientos que han ocurrido en el río Masacre, del lado haitiano, con el supuesto interés de construir un canal que se nutra de esa importante fuente hidrográfica. Pero, resulta que el río Masacre no es cualquier río, sino que es un río fronterizo, que divide esa parte entre Dajabón y Juana Méndez.

Por tanto, la solución a este impasse pasa por analizar los tratados que ha suscrito la República Dominicana y Haití sobre este particular. el cual nace en la montaña Pico del Gallo, en Loma de Cabrera, provincia de Dajabón y desemboca en la bahía de Manzanillo, de Montecristi. Este río, como pocos, atraviesa tanto territorio dominicano como haitiano.

El Masacre, de 55 km de largo, que nace en la montaña Pico del Gallo, en Loma de Cabrera, atraviesa tanto territorio dominicano como haitiano. Históricamente, el Masacre ha sufrido las consecuencias de prácticas nocivas al medio ambiente, por la sistemática destrucción de bosques con talas masivas y la extracción de arena del lecho del cauce. Sin embargo, es un afluente que a pesar de todo, tiene el recurso agua y cumple una misión fundamental para ambas naciones.

El Tratado de Paz y Amistad Perpetua y Arbitraje con Haití, ratificado el 14 de marzo de 1929 por el Congreso Nacional, y que forma parte integral del artículo 11 de la actual Constitución dominicana, debe ser respetado.

Dicho artículo dice, con claridad y contundencia que “El uso sostenible y la proteccio´n de los ri´os fronterizos, el uso de la carretera internacional y la preservacio´n de los bornes fronterizos utilizando puntos geode´sicos, se regulan por los principios consagrados en el Protocolo de Revisio´n del an~o 1936 del Tratado de Frontera de 1929 y el Tratado de Paz, Amistad Perpetua y Arbitraje de 1929 suscrito con la Repu´blica de Haiti´”.

Ya en el Tratado propiamente tal, su artículo 10 es aún más prístino: “en razón de que ríos y otros cursos de agua nacen en el territorio de un Estado y corren por el territorio de otro o sirven de límites entre los dos Estados, ambas partes se comprometen a no hacer ni consentir ninguna obra susceptible de mudar la corriente de aquellas o de alterar el producto de las fuentes de las mismas”.

En palabras simples, el Tratado firmado y ratificado por ambas naciones, resultará determinante para la solución del impasse actual. Mi apoyo total a las gestiones que hace la Cancillería dominicana. De nuestro lado, en el Ministerio de Medio Ambiente, ponemos a disposición todo el apoyo técnico. Los Tratados y la Constitución son muy claros. El país saldrá fortalecido.

Por: Orlando Jorge Mera

orlandojorgemera@yahoo.com

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