El deterioro de las casas victorianas que tanto esplendor daban el centro histórico de Puerto Plata contrasta con un movimiento que se caracterizó por la estética, el romanticismo y una línea arquitectónica que ha perdurado a través del tiempo.

Las viviendas victorianas, que marcaron una época de prosperidad, se identifican por las fachadas, colores, frontones y muchos otros detalles decorativos que sintetizan esas ruinas de Puerto Plata que son hoy una vergüenza para el país.

En un reportaje del periodista Aridio Perdomo en el colega Hoy se señala que desde 1874 a 1920 se construyeron alrededor del parque central de la ciudad 14 edificios, que abarcan viviendas antillanas y victorianas, incluida la catedral San Felipe.

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De alrededor del 70 % de las casas y edificaciones victorianas en el centro histórico de Puerto Plata, cerca de un 35 % prácticamente se cae a pedazos por falta de mantenimiento de los propietarios y de la inacción de los organismos que velan por la preservación del patrimonio histórico.

La arquitectura, de tan grata impresión, es parte de los atractivos de una ciudad que para el turismo se mercadea como la Novia del Atlántico.

Si el deterioro no es parte de un plan para presionar luego, no por su restauración, sino por la transformación de las viviendas y edificios, las autoridades tienen que rescatar ese patrimonio que bordea la extinción. Las condiciones en que están las edificaciones representan un dramático llamado tanto al sector público como al privado.