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Rumbo a Haití

Rumbo a Haití

Manuel Fermín

Por voz del primer ministro Justin Trudeau, Canadá plantea “trabajar junto a USA, Francia y otros países para restaurar la estabilidad y proteger la seguridad y bienestar del pueblo haitiano”. Habló Canadá, y acaba de poner la mesa para que los mediadores encuentren fórmulas para echar a andar Haití, construir senderos institucionales firmes que le dé esperanza alguna a ese pueblo.

Francia e Inglaterra dieron origen a este raro país en Norteamérica que es Canadá, en un juego de identificaciones que prueba la constancia de carácter de anglos y galos que, aunque distintos, son semejantes entre sí: europeos, colonialistas y esclavistas, es decir, similitud de comportamiento oficializando las dos lenguas y las dos culturas.La misma historia de sus vecinos: colonos europeos que decidieron crear un escenario donde se alejaron de las arcaicas influencias monárquicas europeas, adueñándose por la fuerza de los territorios ocupados por sus pobladores originales.

Como país avanzado y francófono por demás, solo ha acogido 165 mil haitianos, un país con 9 millones de kms² y sólo 38 millones de habitantes, con fuerte desarrollo económico, sin embargo, es una potencia constreñida al consentimiento de otras. Toda esa tarea la han dejado a franceses, ingleses y estadounidenses.

No han tenido una política resuelta, por tanto nunca se han ganado un reproche porque no dan razón para ofenderles. Sus aliados son sus garantes a quienes sordamente se le oponen. De aquí su debilidad para hacerse sentir globalmente y sin riesgos para su seguridad.

Esta nación (G-7) habla en un momento decisivo. Ahora, fracasadas las instituciones haitianas, todo un colapso del orden institucional, pone de manifiesto que el momento y los países convocados no tienen más remedio que atender el clamor regional de reconstruir Haití.