Donde funcionaba el “28” ahora hay un Centro de Rehabilitación Psicosocial que procura reinsertar en la sociedad, mediante terapia ocupacional, a personas con problemas mentales
“Sólo el que intenta lo absurdo puede lograr lo imposible”, es una frase del físico alemán Albert Einsten que describe lo que pasó con el antiguo hospital psiquiátrico Padre Billini, del kilómetro 28 de la autopista Duarte, municipio Pedro Brand, donde desde hace un año opera el Centro de Rehabilitación Psicosocial.
Allí la transformación no fue sólo de la planta física, su aseo, calidad de los alimentos y el nombre, sino la esencia del mismo para dar un trato humano a los pacientes y luchar por la rehabilitación social de personas con problemas siquiátricos, unos llevados por sus familiares y otros que Salud Pública a través del Programa Deambulante retira de las calles.
Este año esa iniciativa ha rescatado de la mendicidad a 57 enfermos mentales, 15 de los cuales permanecen en rehabilitación. El centro, con capacidad para 110 internos, tiene actualmente 78, divididos en dos áreas, una en la que están los más deteriorados y de nuevo ingreso, y otra en la que habitan los más rehabilitados.
La frase de Einsten está colgada en uno de los pasillos del centro, donde circulan libremente los internos con problemas psiquiátricos que van desde la bipolaridad hasta la esquizofrenia, personas en tratamiento médico que están de paso hasta lograr una rehabilitación y otros sin ningún soporte familiar, por lo que su estancia se ha prolongado por años.
De un “depósito de enfermos”, denominado despectivamente manicomio o “el 28”, donde el hedor a heces fecales llegaba a la recepción del hospital, en el que imperaba el desorden, dormían tres personas en una cama y la dieta a los internos era deficiente, el centro pasó a ser más que una entidad que da tratamiento siquiátrico una que busca desarrollar el potencial de cada paciente para pueda ser un ente productivo en la sociedad.
Allí funcionan talleres de costura, manualidades, belleza, arte dramático y pintura. Además existe un programa donde los internos colaboran en las labores administrativas y de mantenimiento a cambio de un incentivo económico; así como bonos para la compra de aperitivos cuando alcanzan objetivos que les trazan dentro de su plan de rehabilitación.
“Esto daba asco, era deprimente”, recuerde Lucía Tellería, una paciente diagnosticada de esquizofrenia quien tiene dotes para las artes como la pintura y la actuación. Es una de las autoras del mural de la recepción del centro y tuvo un papel estelar en la obra de teatro “Habló la Luna”, que se presentó en Bellas Artes el 18 de octubre del año pasado.
La edificación fue construida a mediados de los años 60.
El encargado del Departamento de Salud Mental del Ministerio de Salud Pública, doctor Ángel González, destacó que República Dominicana es uno de los pocos países de Latinoamérica donde no hay manicomio, pues el sistema está integrado por Unidades de Intervención en Crisis (UIC) en centros de salud como Francisco Moscoso Puello, Darío Contreras, Vinicio Calventi y Salvador B. Gautier, y por los centros de rehabilitación que tienen el fin último de que los pacientes vuelvan a sus familias y comunidades como entes productivos.
La ministra de Salud, doctora Altagracia Guzmán Marcelino, ha asegurado que esas unidades constituyen la firma del acta de defunción del viejo modelo de manicomios en República Dominicana, para dar paso a la atención integral a los pacientes.
Almánzar agregó que en San Juan de la Maguana hay un Centro de Rehabilitación Psicosocial de modalidad ambulatoria y a fin de año inaugurarán otro de ese mismo estilo en La Nueva Barquita de Santo Domingo Norte.
Un Apunte
Política pública
El encargado del Departamento de Salud Mental del Ministerio de Salud Pública, doctor Ángel Almánzar, indicó que en entorno a la salud mental existe una política pública orientada al respeto de los derechos humanos de esas personas y que es un trabajo en el que intervienen también el Despacho de la Primera Dama, el Consejo Nacional de la Persona Envejeciente, el Consejo Nacional de Discapacidad, el Consejo de Drogas, la Junta Central Electoral, el Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia, entre otros.
El doctor Ángel Almánzar, encargado del Departamento de Salud Mental, saluda a una de las internas.