Con David Ortiz se cumple a plenitud el pensamiento, siempre vigente del apóstol José Martí de que ayudar al que lo necesita es una obligación moral que causa gran felicidad. Y así quedó evidenciado cuando el exbeibolista dominicano, ícono del béisbol con residencia permanente en Cooperstown, recibió el premio humanitario 2025, de parte de ‘’The Truth for the Americas’’, institución afiliada a la OEA, por su gran labor humanitaria al auxiliar económicamente a niños con problemas cardíacos a través de su fundación: David Ortiz Chldren’s Fund.
Linda Eddleman, presidenta de la Fundación The Truth for the Americas, agradeció la labor solidaria del dominicano de origen humilde que alcanzó la cúspide del béisbol en base a disciplina y talento, con las siguientes palabras: “David, este reconocimiento es un agradecimiento por tu labor humanitaria y por las muchas vidas que has cambiado. Gracias por recordarnos que cuando alguien decide ayudar, ese esfuerzo transforma el futuro de muchas familias”.
Esas palabras de la señora Eddleman, deben llenarnos de orgullo como dominicanos y sé que David al escucharlas, pensó en sus padres ya fallecidos: don Américo y doña Ángela, sus héroes inolvidables.
Leí en un diario digital suizo que reseñó el acto de reconocimiento, algunas aseveraciones inconclusas. ¿Qué decía el diario suizo? “Todo empezó tras una visita inspiradora que hizo en el 2005 a un hospital dominicano: Centro de Diagnóstico Medicina Avanzada Telemedicina, Cedimat.
Me llamó la atención que el diario suizo resaltó que David había realizado la inspiradora visita por la insistencia de un amigo. Los dominicanos sabemos que ese amigo que insistió en llevar a David a ver a nuestros niños enfermos del corazón, fue el editor deportivo de El Nacional y asesor del Club Mauricio Báez: Leo Corporán.
En ocasiones anteriores “El Big Papi’’ ha resaltado positivamente el rol que jugó Leo Corporán, al enseñarle esa realidad que él desconocía y que valoró en su justa dimensión cuando vio a dos niños enfermos en condiciones sumamente precarias. David ha revelado que en ese momento no pudo evitar las lágrimas.
Por: Ramón Rodríguez
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