Continúan desaparecidos los restos del coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, 52 años después de que fue capturado y presuntamente ejecutado el 16 de febrero de 1973 en la montaña de Nizaíto, en San José de Ocoa, zona sur del país.
La Procuraduría General de la República, a través del Departamento de Asuntos Internos, desde el año 2013 fue apoderada de una investigación mediante auto dictado por el procurador general de la República, Francisco Domínguez Brito, cumpliendo con un mandato de la Ley 4-13, que ordena aclarar el caso.
Los restos de Caamaño fueron declarados desaparecidos después que el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif), en diciembre del año 2013 realizó una prueba de ADN a los restos supuestamente de Caamaño que descansaban en el Cementerio de la avenida Máximo Gómez y determinó que estos no se correspondían con los del líder de la Revolución de Abril al realizar un cruce con sus hijos.
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La misma Ley 4-13 ordenó el traslado de sus restos al Panteón de la Patria a la Procuraduría realizar una investigación para determinar el paradero de sus restos y mientras tanto repose en la tumba un cenotafio que diga “a la espera de sus restos”.
Wikipedia dice que una vez informado el presidente Joaquín Balaguer de la captura de Caamaño, la noche del 16 de febrero del año 1973, por el general Ramón Emilio Jiménez (hijo), entonces Secretario de Estado de las Fuerzas Armadas, éste respondió “en el país no había cárceles para un hombre como el coronel Caamaño”. El general Ramiro Matos González consintió el fusilamiento.