Opinión Articulistas

“Se veía venir”

“Se veía venir”

Susi Pola

La tragedia producida por el derrumbe total del techo de la emblemática discoteca Jet Set en la ciudad de Santo Domingo, además del dolor identificado de tantas familias afectadas directamente, ha producido un trauma nacional del que, necesariamente, tenemos que salir en positivo.

En tanto dolor, para quienes investigamos el fenómeno de las causas y consecuencias de las violencias alerta la reacción ciudadana de los entornos cercanos y mediatos en sus comentarios.

Y siempre está, en primera línea, el recuerdo de incidentes expresados en: “eso, se veía venir”, “me encontraba raro que”, “apenas hace días, no me gustó ver qué”, etc. Comentarios que, de haberse realizado en el momento, ya sea como nota o reclamo, podrían haber prevenido la desgracia.
En general, las personas que preguntan y buscan aclaraciones hasta llegan adonde se pueden activar alarmas son tildadas de incómodas por ir contra cánones individualistas que promueven no entrometerse y priorizan intereses propios por encima de la sociedad.

Sin embargo, en el caso de la discoteca afectada, así como cuando matan a una mujer, una niña o un niño en maltrato recurrente, varias personas refieren que “eso se veía venir” cuando ya todo está consumado. ¿Y si ese artista famoso que hace un tiempo encontró barriendo residuos que caían del techo, hubiera sido incómodo hasta hacer llegar su comentario a quienes se vieran presionados?.

La lección será siempre acerca del significado de ejercer una ciudadanía activa, es decir, tomar iniciativas para mejorar la sociedad, y eso, implica sensibilidad y preocupación por el bien común con claridad respecto a las obligaciones ciudadanas y sus derechos.

Nos estamos limitando a criticar la poca eficiencia de las actuaciones del Estado y le echamos la culpa de todo “a las autoridades”, denunciando una corrupción de la que formamos parte cuando, además de permitirla, la activamos sobornando y ni siquiera nos consideramos sujetos a ella. Un escenario terrible de doble moral con consecuencias fatales.

Ojalá que, este terrible acontecimiento sirva para que crezcamos como sociedad y personas solidarias -más de lo demostrado- y recuperemos una ética clara de vida que nos haga ver nuestra capacidad de prevenir tragedias con solo ejercer una ciudadanía comprometida que sobrepase el simple voto.

Hay que convertir el “se veía venir”, en preocupación instantánea que prevenga al distinguir la posibilidad de las consecuencias en hechos que alertan los sentidos para que no ocurra un desenlace fatal con ninguna persona de la comunidad.

Que no sea la noticia trágica quien recoja presentimientos.