Opinión

¿Secreto de Estado?

¿Secreto  de Estado?

En un ejercicio de ese buen periodismo que enaltece a los profesionales de este oficio, Alicia Ortega, la productora de El Informe, viajó a Brasil para tratar de descifrar las identidades de los 28 seudónimos de supuestos beneficiarios de los sobornos por 39.5 millones de dólares pagados por Odebrecht para las plantas a carbón de Punta Catalina, y de 15.8 millones para otras siete obras.

No consiguió lo que buscaba por tratarse de una información blindada, que solo puede solicitar la Procuraduría General de la República, pero sí un detalle que compromete a las autoridades con el encubrimiento de sospechosos. Según Ortega, el Ministerio Público excluyó a una de las empresas, sin decir cuál, del expediente contra los acusados de recibir pagos ilícitos de la constructora.

Hasta antes de la revelación del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, el procurador Jean Alain Rodríguez se jactaba en proclamar que la pesquisa era la más completa y que en el expediente estaban todos los que son.

Y en torno a las plantas a carbón había declarado que de ninguno de los documentos suministrados por las autoridades de Brasil se infiere que se hayan pagado sobornos para la licitación ni para el contrato.

La afirmación la desmiente Odebrecht al reconocer que puso a disposición de las autoridades dominicanas los pagos ilícitos, que en lugar de 92 millones de dólares serían de 147, efectuados a través de la División de Operaciones Estructuradas, que para más se instaló en el país para evadir el cerco de la justicia brasileña.

La constructora había admitido inicialmente que en Perú pagó a políticos y empresarios 29 millones de dólares en sobornos, pero tras la intensa investigación de los fiscales se determinó que fueron más de 55 millones.

Y en Colombia de 11 que dijo el monto es superior a los 25. Las cifras en esos países plantean que de existir una real voluntad por estos predios en esclarecer y no en encubrir la verdad el país recibiría 110 millones de dólares adicionales en virtud del acuerdo que obliga a la firma a pagar el doble del monto por los sobornos. Sin embargo, lo que se advierte es que con tal de no identificar a los presuntos sobornados la Procuraduría prefiere que esta nación deje engrosar a sus arcas recursos con los que muy bien se podría fortalecer la jornada contra el dengue y otras enfermedades.

Con menos evidencias, en Brasil, Perú, Colombia y Ecuador se han dado verdaderos ejemplos en la lucha contra la corrupción de Odebrecht.

En esos países ha habido voluntad para esclarecer la verdad y no para ocultarla. Aquí, como si se tratara de un secreto de Estado, se desconoce hasta la auditoría que se ordenó a las obras de Odebrecht.

El Nacional

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