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Sepultan con honores piloto murió accidente

Sepultan con honores piloto murió accidente

“Un piloto nunca muere, sino que se eleva más alto”, con estas palabras fueron despedidos los restos del teniente coronel Roberto de Jesús Lanfranco Ureña, el piloto del helicóptero que se precipitó el pasado jueves en una zona boscosa de La Romana, quien murió junto a los cuatro tripulantes.

Los restos del oficial de 38 años, fueron sepultados ayer tarde en el Cementerio Parque del Prado, ubicado en el municipio de Guerra, de la provincia Santo Domingo, donde un batallón de la Fuerza Aérea de República Dominicana (FARD), le rindió los honores, en presencia de su esposa, hermanos, padres y demás familiares.

Piloto 3Los restos del coronel Lanfranco Ureña, fueron expuestos en la funeraria del camposanto Parque del Prado, desde la 9:00 de la mañana hasta las 4:00 de la tarde, y el capellán de la FARD, Guillermo Rosario, ofició una misa en su memoria.

El sepelio lo encabezó el mayor general Richard Vásquez Jiménez, comandante general de la FARD, junto a otros oficiales generales, y oficiales superiores.

Al sepelio de Lanfranco Ureña, fueron y dieron el pésame a su esposa Verónica, y demás parientes, los ex comandantes generales de la FARD, mayores generales Elvis Marcelino Féliz Pérez, y los mayores generales (r) Juan Bautista Rojas Tabar, Nelson Marmolejos Acosta, generales, coroneles, oficiales y subalternos.

El panegírico fue leído por el coronel Daniel Castro, quien fue promoción del extinto coronel Lanfranco Ureña, quien militó durante 19 años y 9 meses en la FARD, institución en la que ocupó cargos importantes y obtuvo una gran preparación académica y militar.

También en el momento que iba a ser sepultado el coronel, se le rindió los honores con disparos de salva y tres helicópteros de la caballería aérea de la FARD sobrevolaron donde se realizó el acto fúnebre, a la cual perteneció Lanfranco Ureña.

“Nos deja un legado“

El comandante general de la FARD, mayor general piloto Vásquez Jiménez, definió al teniente coronel Lanfranco Ureña como “solidario, humilde, buen compañero, un militar ejemplar que dejó un gran legado, por lo cual la institución se ha unido al dolor que embarga a su familia”.

“El oficial Lanfranco Ureña tenía unos 20 años en la FARD, era una persona brillante, buen profesional, educado, disciplinado, que siempre estuvo presto para cumplir con las misiones que se le encomendaban.

 

 

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