Se nos fue José Mujica (Pepe) dejando una estela de ejemplo de cómo se puede vivir con humildad y dignidad, pero además llegar a ser, sin pretenderlo, una figura de relevancia mundial. Trascendió su Uruguay y se convirtió en ciudadano del mundo.
Doce años antes partió Mandela. Mujica y Mandela tuvieron vidas muy similares: guerrilleros, miembros del partido comunista, presos por “atentar contra la seguridad nacional”, Mandela duró 27 años, Mujica 13 la última vez, pero lo había estado tres veces antes, de las que escapó dos veces, y exactamente a los 4 años de ser liberados ganan un puesto público Mujica diputado, Mandela presidente de Sudáfrica.
Mujica pasaría a ser luego senador, ministro de Agricultura, y en el 2015 presidente. Ambos no abandonaron sus casas, salieron cona las mismas cosas con la que entraron a ser presidente. Solían conversar con los vecinos, nunca se vanagloriaron de sus puestos, simplemente siguieron siendo ellos mismos. Ambos donaron sus sueldos a instituciones benéficas y no tenían nada más que sus ropas, su casa y un medio de transporte económico. Aunque podían, no optaron por reelegirse, cada uno con más de un 70% de aceptación.
Todos podemos ser como Mujica o como Mandela, aunque usted no sea socialista, si es humilde, si vive acorde con los deseos de servir a los demás y es una persona buena, honesta, usted puede ser como ellos. Ahora bien, los modelos de hoy día no son esos, son Donald Trump. Elon Musk, Milei, Omega, Tekashi, Yailin, y un largo etcétera.
Es tener fama, dinero y poder no importa a quién se lleve por delante. Tengo un amigo que me decía “tú y yo pudimos ser como Mujica”. Cierto, pero no se dieron las circunstancias, sin embargo, no me amarga la vida por no haber destacado como ellos, estoy satisfecho con lo que soy, y por eso lo digo aquí, en “algo más que salud”.