Los cambios que está viviendo el periodismo son múltiples y constantes, y así los hemos comentado en otros artículos. El auge de la fake news (noticias falsas), sumado a la crisis de la ética en el ejercicio de la comunicación afectan al ecosistema de este oficio y a su principal actor: el periodista.

Ser periodista implica ser curioso y observador por naturaleza, nos decían en la universidad. El periodista debe saber combinar la urgencia que marca el ritmo de los medios con la pausa que requiere la información, para ser analizada y verificada.

Como decía Ryszard Kapuscinski: “ser periodista es ser buena persona. Para trabajar en el periodismo hay que ser una persona honesta, lejos de la equidistancia y con la suficiente memoria histórica para saber de dónde viene el origen de cada problema”.

Y nosotros agregamos que ser periodista conlleva un saber hacer y un saber estar que rara vez acompañan los estereotipos sobre el oficio. Para dedicarte a este trabajo no sólo tienes que dominar las herramientas y los lenguajes más innovadores y ser una persona inmersa en la vorágine de la actualidad.

Para mí, ser periodista es pensar en la utilidad social de las historias que decido explicar. Antes de publicar un artículo siempre me hago la misma pregunta: esta información es de interés público, pero sin relevancia informativa? Si la respuesta es la segunda opción no es periodismo.

Un periodista debe ser un profesional de la información pegado a los hechos, a los acontecimientos, a lo que sucede y no a lo que se dice que sucede. Los hechos deben ser misión y seña para los periodistas, independientemente del canal y el formato que utilicen.

Por eso es que el futuro de este oficio depende de nuestra capacidad de perseverar en el deseo de pensar con calma y de practicar una mirada atenta.

La tecnología será el eje central que definirá el futuro de esta profesión, y la clave está en el buen uso que se haga de ella, porque la actual estructura de la comunicación hace que el esquema de un emisor y muchos receptores haya cambiado, con la llegada de la Internet y las redes sociales.

Por: José Antonio Torres

joseatorres1960@hotmail.com