Aguijoneados por un control monopólico u oligopólico de las principales rutas y por elevados impuestos y tasas, los precios de los boletos aéreos se han disparado hasta colocarse fuera del alcance de la mayoría de viajeros dominicanos y convertirse en barrera para la industria turística local que con tales limitaciones difícilmente pueda convertirse en eje transversal del desarrollo nacional.
República Dominicana no es competitiva en términos del costo de tarifa aérea que tiene una de las mayores cargas impositivas de América Latina, con un valor absoluto de 82,60 dólares por boleto, más la aplicación del 18% del Itebis. A los boletos para viajar al territorio nacional también se les aplican los US$82.60, además de que cada turista debe pagar diez dólares de entrada.
Con la salida de American Airlines, que cubría rutas directa hacia y desde Nueva York, Miami, Boston y Puerto Rico, así como de Iberia que suplía la ruta Santo Domingo-Madrid, la oferta se ha reducido drásticamente, lo que motiva que las pocas líneas aéreas que suplen esos servicios incrementen sus tarifas de manera desproporcionada.
Se menciona el caso de Air Europa que ha aumentado de manera exorbitante el boleto de ida y vuelta a Madrid, que ahora oscila entre 85 mil a 120 mil pesos, y de Jet Blue, cuyos asientos en vuelos a Nueva York tienen un valor de hasta 35 mil pesos. El pasaje más barato que se puede conseguir para viajar a Puerto Rico, asciende a 16 mil 200 pesos.
No se entienden las razones por las cuales un boleto aéreo hacia España desde el aeropuerto Las Américas tenga un valor medio de RD$ 93,832, pero con salida por la terminal de Punta Cana es inferior en un 59 por ciento, como tampoco es comprensible que el boleto con salida hacia Cancún, México, cueste 629.98 eros y hacia Santo Domingo se eleve a mil 061.07 euros, si ambos destinos están en el Caribe.
A pesar de que las autoridades dominicanas aplicaron a partir de 2005 una política de cielos abiertos, mediante la cual la Junta de Aviación Civil ha concertado 42 convenios de servicios aéreos para ampliar conectividad y acceso a los mercados, el valor de la tarifa aérea ha aumentado en vez de disminuir.
Millones de dominicanos que residen principalmente en Estados Unidos, Puerto Rico, Europa e islas del Caribe confrontan dificultades para viajar, aun sea una vez al año al lar nativo porque los precios de la boletería aérea se han vuelto inaccesibles, por razones de un virtual escenario monopólico u oligopólico y por la elevada proporción de impuestos y tasas.
El Gobierno, a través de sus agencias de promoción y regulación aeronáutica, debería abordar tan delicada situación que no solo obra contra la economía de los dominicanos, sino contra la industria del turismo, porque cada vez es más difícil poder salir o entrar vía aérea a República Dominicana.
