Con motivo de la celebración del Día de la Altagracia el dominicano expresó su devoción cristiana con las peregrinaciones al santuario de la patrona, para rendirle culto, en la basílica de Higüey.

El dominicano es un pueblo creyente, de mucha fe, que en cada ocasión venera sus símbolos religiosos.

Como cada 21 de enero la Conferencia del Episcopado Dominicano emite una pastoral en que llama la atención o toca diversos puntos de la realidad económica y social.

En la carta titulada “La sinodalidad, camino de identidad social” los obispos señalaron el individualismo como la raíz de muchos males que destruyen la vida.

En una pastoral con componentes más sociales que políticos, también identificaron la ambición desmedida de riquezas como fuente que conduce a la explotación desproporcionada de los recursos naturales.

Males como la corrupción, la inseguridad y las desigualdades sociales no fueron obviados por los obispos, que en su carta demandan más justicia.

La sinodalidad, según los religiosos, consiste en recrear y dinamizar nuevos espacios que propicien el encuentro de comunión y participación entre todos los actores”, comenzando por las familias y las comunidades.

Tratándose de una pastoral para reflexionar el gran deseo es que su contenido cale en los más diversos sectores por el bien de la familia dominicana.