Bajo un cielo gris y una persistente llovizna, en un camino de lodo con charcos de agua, en el empobrecido barrio La Zurza a orillas del contaminado río Isabela, Elio y Ezequiel Florentino, de 8 y 9 años, quienes estudian en horario de la tarde, caminan rumbo al play donde practican béisbol, quizás con el sueño de poder cambiar su forma de vida a través de ese deporte.