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Eddy Olivares Ortega

Luis, pandemia y guerra

Antes de que el gigante asiático anunciara a finales de 2019, en Wuhan, el primer caso positivo de una extraña enfermedad que atacaba los pulmones de sus víctimas y las dejaba sin el aire vital, el Partido Revolucionario Moderno se encaminaba hacia una estratégica victoria en las suspendidas Elecciones Generales Municipales, que estaban programadas para celebrarse el 16 de febrero de 2020.

El triunfo del PRM en la referida competencia electoral, cuya fecha fue cambiada para el 15 de marzo de 2020, se convirtió, tal y como fue planificado por ese partido, en el sprint que impulsó a su candidato presidencial, Luis Abinader, a la conquista del poder en las Elecciones Presidenciales y Congresuales, celebradas también extraordinariamente, esta vez por causa del nuevo coronavirus, el 5 de julio de 2020.

Como era natural, en esa etapa del proceso electoral los planes del PRM estaban enfocados en su programa de gobierno, de manera especial, en la reconducción de la economía, en la recuperación de la deteriorada institucionalidad democrática y en la erradicación de la corrupción y la impunidad, lo que requeriría, necesariamente, de la implementación de una especie de proceso de transición, después de 16 años consecutivos de gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana.

Sin embargo, todo cambió a partir de la conversión del nuevo coronavirus en una letal y contagiosa pandemia que arrodilló y llenó de miedo a la humanidad.

Todo indicaba en ese momento que Luis Abinader ganaría las elecciones con un margen significativo de votos, a pesar de las dificultades provocadas por la sospechosa suspensión de las elecciones municipales de febrero y la inequidad de la campaña, hasta que el Covid-19 paralizó al mundo y revivió la esperanza en el PLD y su candidato, Gonzalo Castillo, de avanzar hacia una segunda vuelta, mediante el uso impune y masivamente de los recursos del Estado.

Por este motivo, no es una exageración decir que la pandemia fue celebrada insensiblemente por el PLD como su última y milagrosa esperanza de ganar las elecciones, a pesar de la tragedia que esta significó para nuestro país y todo el mundo.

Todo era un caos cuando Luis Abinader se convirtió en el primer gobernante en el mundo que asumió el poder después de haber sido elegido en medio de la entonces incognoscible pandemia del Covid-19.

Nadie como el presidente electo del PRM había llegado al poder y enfrentado con tanta valentía y éxito, durante los 60 años de democracia dominicana, una pandemia de la magnitud del Covid-19, sin contar con la colaboración de los líderes políticos opositores.

¿Quién no reconoce la incesante lucha del gobernante, en los momentos más dramáticos de la pandemia, por alimentos, camas para los enfermos, respiradores, equipos de protección para los trabajadores de la salud y, por último, las vacunas, que fueron rechazadas, en principio, por sus principales adversarios?.

Muchos de los más reputados organismos internacionales han reconocido el desempeño exitoso del gobierno del presidente, Luis Abinader, en la solución de la crisis sanitaria y la recuperación de diversos renglones de la economía, lo que debe motivar a los expresidentes, Leonel Fernández y Danilo Medina, a ponerse al lado del pueblo y del gobierno, mucho más ahora que la economía ha sido también impactada por la guerra.