Editorial

Tacita de cristal

Tacita de cristal

A siete meses de las elecciones presidenciales, la Junta Central Electoral (JCE) ha iniciado  la distribución  del material  de información y formación que  usarán los instructores a cargo de la capacitación del personal que  laborará en las mesas electorales, en el inicio  formal del montaje del trascendente evento democrático. Llama la atención que más de cien mil personas  aspiran a integrar mesas electorales y que la  mayoría de esos  solicitantes son jóvenes (60%) y mujeres (65%), lo que refleja gran  acervo cívico en la población respecto a la necesidad de garantizar  comicios libres, transparentes y concurridos.

De los 356 instructores electorales, solo  un 17 por ciento (61 personas) es de  nuevo ingreso, por lo que  debe colegirse que  el resto cuenta con suficiente capacidad y  experiencia acumulada para poder  entrenar adecuadamente  al personal que laborará en los recintos de votación.

El presidente de la JCE, doctor Roberto Rosario, ha  señalado que  las unidades de escaneo estarán en capacidad de enviar  informaciones  sobre resultados electorales  al centro de cómputos del organismo comicial, a los de los partidos políticos y a los  instituidos en grupos de comunicación, lo que permitiría recepción amplia y manejo plural de tales estadísticas.

Se requiere que la JCE asuma todas las previsiones en los órdenes organizativo, logístico y técnico para  que se garantice cabalmente el derecho de más de 6.5 millones de  ciudadanos a  elegir  el 20 de mayo de 2012   al Presidente y Vicepresidente de la República.

Es por eso que se recibe con preocupación el ruido mediático que ha generado la renuncia o dimisión  del director del Centro de Informática de la JCE, Miguel Angel García, en supuesto desacuerdo con la creación de un área de  cómputos paralela, cuya operación fue asignada a otro funcionario.

No se descarta que la dimisión de ese funcionario, que ingresó a la JCE en 1999, sea el resultado de discrepancia  de criterios técnicos, pero es menester que el pleno de  esa institución actúe con celeridad y explique con  absoluta  claridad lo acontecido a los fines de evitar que rumores  o malos entendidos  dañen sus altos niveles de credibilidad. La Junta Central Electoral debe  ser una tacita de cristal totalmente transparente, lo que se logra  si los contenidos de todos  sus programas se ofrecen  al escrutinio y consideración de  dele.

El Nacional

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