Santo Domingo. – En la actualidad, las redes sociales forman parte esencial en la vida cotidiana de muchas personas. Poder saber de sus seres queridos a pesar de estar a miles de kilómetros, construir relaciones e incluso conocer lugares inimaginables son tan solo algunas de las cosas que estas tienen para ofrecer. Pero, ¿Qué pasa cuando estar conectado se vuelve una necesidad? O ¿Qué sucede cuando las sonrisas que puede sacar una buena foto se convierten en lágrimas y frustración?
Existe una generación que no sabe lo que es vivir sin internet y sin interacción digital, por lo que pueden pasar más de la mitad de sus días inmersos entre los comentarios y “me gusta” de sus publicaciones, sin darse cuenta de los daños a la salud mental que ese uso desmedido poco a poco les puede causar.
Según Rosa Hernández, psicóloga clínica y terapeuta en la sede Infanto Juvenil del Centro Vida y Familia Ana Simó, algunos de los problemas de salud mental más comunes que afectan a los adolescentes y que están ligados al uso de redes sociales, así como sus consecuencias son:
- Trastornos del sueño por el uso desmedido de las pantallas. Estos afectan los procesos neuronales provocando cambios en el estado de ánimo y rendimiento escolar.
- Distorsión corporal por el consumo excesivo de fotografías retocadas y estereotipadas, lo que puede crear una distorsión y rechazo a su propio cuerpo, provocando baja autoestima, desarrollando trastornos de conducta alimentaria o adicción al mundo fitness.
- Trastornos de ansiedad por querer saber constantemente lo que sucede y si a esto se le suma la falsa creencia de que la felicidad se logra a través de tener muchos likes (me gusta) o hacerse viral por un contenido, pues la ansiedad se vuelve mucho mayor.
- Depresión causada por razones como el aislamiento y la autoexclusión. Como seres sociales, es muy importante el contacto personal y presencial, ya que el joven va perdiendo habilidades sociales que no son aprendidas a través de chats.
- Adición tecnología. El alto uso de pantallas, celular, tabletas, videojuegos y demás, se ha asociado a impactos negativos en la salud mental tales como pérdida en las funciones ejecutivas, poca gestión en las emociones, conductas compulsivas y de riesgo. También se han podido determinar cambios estructurales en el cerebro de los jóvenes comparados a los experimentados por la adicción a sustancias psicoactivas.
Los jóvenes entre 12 y 17 años son los que con mayor frecuencia se encuentran involucrados en este tipo de casos, debido a que ahí es donde se experimentan los grandes cambios de la adolescencia y comienzan a aparecer los trastornos emocionales.
También se hace necesario mencionar las Fake News o Noticias falsas que se publican en redes dentro de los grandes detonantes de sentimientos como ira, enojo, frustración y tristeza que se desencadenan en los usuarios al recibir cierto tipo de información; emociones que incrementan cuando estos se dan cuenta de que los datos recibidos eran falsos y que probablemente solo estaban siendo manipulados, por lo que comienzan a sentirse decepcionados ante los frecuentes intentos de ser engañados.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), en su reporte de 2021 dio a conocer que el 3.6 por ciento de los adolescentes entre 10 y 14 años y el 4.6 % de 15 a 19 padecen de algún trastorno de ansiedad, mientras que el 1.1 por ciento entre 10 y 14 años y el 2.8 % entre 15 y 19 padecen depresión.
A pesar de que aún se desconoce con exactitud qué porcentaje está ligado al uso de redes sociales, Hernández afirmó que en los últimos años han aumentado significativamente estos trastornos emocionales asociados a esa necesidad imperiosa y compulsiva de estar conectados para no perderse lo que pasa en el mundo de las redes.
Asimismo, indicó que se ha comprobado que la exposición al estilo de “vida perfecta” exhibido en las redes, muchas veces provoca disociación entre lo que se es y lo que se expone, creando patrones de pensamientos negativos en cómo las personas se perciben a sí mismos y al mundo.
Los síntomas o conductas
Existen varios síntomas y conductas que pueden dar señales de que se está pasando por un problema de salud mental producto del uso de redes sociales.
Aunque la especialista resalta que la lista es larga, dentro de los principales se pueden identificar: el aislamiento, las largas horas en el uso de aparatos electrónicos, solo tener amigos virtuales, los cambios exagerados en sus emociones cuando se le retiran o se le restringen el uso de los dispositivos tecnológicos.
También mencionó el no querer compartir en las actividades que antes disfrutaba y sólo querer estar conectado, padecer de insomnio u otros trastornos del sueño, descuido en sus responsabilidades de casa y escolares, indiferencia social, apatía y abandono en su higiene personal.
También te podría interesar: Vinculan el uso de móviles y de redes sociales con la salud mental juvenil
Estrategias o posibles soluciones
La profesional de la salud mental aconsejó a los padres el poder tener control sobre las horas de exposición a redes sociales por parte de sus hijos y establecer un horario para el uso como entretenimiento, concientizarlos sobre los riesgos que existen en el mundo de la web y los efectos que pueden causar a nivel físico, cognitivo, emocional y social.
De igual modo, limitar la cantidad de redes sociales que puede tener su hijo entre los 12 y 16 años, fortalecer la autoestima y tener conversaciones sobre lo que es real o lo imaginario de las redes, planificar actividades alternas para tiempo con amigos/familiares de manera presencial y ser el ejemplo para los hijos “es primordial”, ya que de acuerdo a Hernández, si un padre al llegar a casa no le dedica tiempo a su hijo y solamente se la pasa usando el celular, el hijo hará lo mismo.