Opinión

Tony Raful

Tony Raful

Tony Raful acaba de publicar su libro: Johnny Abbes García, ¡Vivo, suelto y sin expediente! donde comparte con nosotros un alud de informaciones sobre las actuaciones del jefe como “paladín de la lucha anticomunista” en el Caribe, México y Venezuela.
Es un aporte muy importante, ya que la biografía de Trujillo ha sido analizada hasta la saciedad, por la historiografía como en la novelística, pero no se conoce tanto su rol como “paladín del anticomunismo” en la región. En ese sentido, el capítulo sobre el magnicidio del presidente Castillo Armas de Guatemala, a quien Trujillo tenia particular inquina por “malagradecido e irrespetuoso”, es magistral. Leer como armó un servicio de espionaje paralelo, y como a través de la amante del presidente logró acceso a un hombre que desconfiaba de él, es un asombro y un tributo a la calidad narrativa de Tony Raful.
Leer los elogios de Abbes a Trujillo: “Que pagó la deuda externa, y construyo una industria nacional”, es un aporte al conocimiento de la psicología y mentalidad política de los seguidores de Trujillo, de ayer y de hoy, quienes no entienden que ese proceso de acumulación primaria de capital que implanto Trujillo no se debió a su amor por los dominicanos, o el país, sino a su avidez como capitalista y burgués. Trujillo consideraba este país como su finca y en ese sentido la regenteó con suma eficiencia y modernidad.
Como Hitler, Trujillo era frío, osado, y eficiente, aun en su genocidio; y su círculo íntimo, altamente brillante en su maquiavelismo y maldad. Los asesinatos cometidos por el aparato de inteligencia de Trujillo en Cuba, contra líderes sindicales y patriotas muy reconocidos, a través de la gestión de Félix W. Bernardino, su entonces inspector de consulados y embajadas, son aterradores. Al igual que el papel que jugó Minerva Bernardino en el asesinato de Galindez, habiéndole remitido al jefe la tesis doctoral del vasco y provocado su ulterior secuestro y asesinato. Minerva es un punto donde diferimos del movimiento feminista, porque fue una ficha de Trujillo en el exterior colocada para sus fines, y como su hermano, no tenía escrúpulos de ningún tipo.
La explicación sobre la sobrevivencia de Abbes en USA, por su afiliación con la CIA y protección de la agencia, es algo que ya sabíamos, lo que no se sabe es que este hombre habita una cárcel de su propia creación, sin celulares, computadoras, televisiones, aparatos eléctricos, en un oscuro y tétrico apartamento en medio de la comunidad dominicana (West 187), donde se hace pasar por peruano.
Debemos extraditarlo, para que la joven dominicanidad no se deje engañar por Ramfis, cuyo desprecio es lo único que compartimos con Abbes.

El Nacional

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