¡La vergüenza ajena me mata!
La vergüenza ajena no me permite ni siquiera opinar lo que voy a enfocar.
Vergüenza ajena es lo que siente una persona prudente cuando otra hace algo mal y no puede hacer nada por evitarlo, mientras uno vive en carne propia lo que debería sentir quien nos hace pasar la misma.
Esto lo digo para referirme al caso del pelotero de los Mets de Nueva York, Robinson Canó, suspendido por la temporada del 2021, al no pasar una prueba de esteroides.
Es la segunda suspensión de Canó, por violar el Programa para la Prevención y el Tratamiento de las Drogas de Major League Béisbol.
La primera fue por 80 juegos en el 2018, luego de dar positivo por el uso de un diurético para ocultar la aparición de sustancias prohibidas en las pruebas de orina.
El dominicano dio positivo a Estanozolol, esteroide sintético derivado de la testosterona que promueve el desarrollo muscular.
‘Por su uso’, el pelotero dominicanodejará de percibir su salario de 24 millones de dólares durante el 2021, mientras la organización de los Mets de Nueva York, dice estar ‘extremadamente decepcionada’ con el caso.
El consumo de esteroides en los peloteros dominicanos, no es responsabilidad total de ellos, sino del Estado Dominicano. Desde niños, los jugadores de béisbol en nuestro país, se les acostumbra a usar esteroides.
Eso es un puro relajo en dominicana, pues millares de “buscones”, de gente sin conocimientos, tienen ‘una escuela de béisbol en cualquier terreno baldío’ sin ser supervisados por nadie.
Les dan de todo a esos niños con el objetivo de crearle masa muscular para presentarlos ante los más avanzados en el negocio y luego a los que firman jugadores de béisbol.
Son muchos los que han perecido y esas muertes se les anota
a la eternidad.
Todos en el negocio se protegen y no hay culpables de nada, solo existe allí un interés en ganar dólares, a como dé lugar.
El que denuncia esto, el que dice esa realidad, es sacado de los beneficios de ese mundo.
Por esa política o costumbre, los peloteros llegan a Estados Unidos, invaden Las Ligas Menores y Las Grandes Ligas y tienen en su mente la creencia de que sin esteroides, no hay fuerza, ni talento.
¡Razón tienen, así lo formaron y así son!
¿Quién tiene la culpa? La sociedad dominicana que se da autoridades que no les importa la salud de uno de sus sectores de mucho interés, como son los beisbolistas.
Por esa razón, los peloteros dominicanos son el 43.5 por ciento en llevar la voz cantante entre los consumidores de esteroides en las Grandes Ligas de Béisbol.
Esa es la razón, por lo que la vergüenza ajena me mata.
Por: Héctor García
hectorgarciasr@gmail.com