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Tragedia

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Fidel Sánchez

Que nazca la cultura de mantenimiento

Cuando el amor, la felicidad y la paz se derrumban, y bajo los escombros yace el dolor eterno por las pérdidas de tantos buenos e inolvidables seres humanos; queda la esperanza de que con tantas muertes nazca la cultura de la supervisión y el mantenimiento de edificaciones y estructuras viales, deportivas, sanitarias y religiosas, públicas y privadas en cada rincón del país.

“A puro dolor”, como se titula la canción interpretada por nuestra Angela Carrasco y por otros destacados artistas internacionales; así, con mucho dolor, como un parto gemelar o múltiple, las autoridades deben anunciar con hechos, “concreto o con buen hormigón”, el nacimiento de la esperada por décadas cultura de mantenimiento de construcciones públicas y privadas.

No existe, nunca ha existido. No es culpa de nadie y es culpa de todos, porque en nuestro país cualquiera construye sin control, sin supervisión y sin regulaciones, estructuras como viviendas, establecimientos comerciales, muchas veces hasta utilizando poste del tendido eléctrico como parte de la edificación, y ocupando las aceras y áreas comunes como parte propia del ciudadano que sin ningún control, sin seguimiento profesional y de manera ilegal levanta columnas, colocas blocks, vigas y losas como el que no quiere la cosa.

Ni hablar del irrespeto de los linderos en todos los sentidos, incluso el aéreo con los balcones y toldos que sobresalen hasta espacios públicos, y letreros comerciales que en ocasiones ocupan la mitad de las vías.

Ya las viviendas de muchas, para no decir de todas las provincias y municipios, están una atada de la otra, no se deja espacio para la privacidad, para que respiren las casas, para que el aire fluya entre ellas. Ya cualquiera usa las aceras para instalar puestos de venta de números de lotería, de alimentos cocidos y crudos, y lo que se le ocurra. Nadie interviene, nadie se hace responsable, pero todos somos culpables. Es una verdad que hay que decirla “a puro dolor”.

Por amor a la vida, por la paz social y una mejor convivencia ciudadana es oportuno que las autoridades municipales y nacionales refuercen la capacidad técnica de los funcionarios responsables de las inspecciones y el control de calidad y respeto por la solidez de las construcciones y de los espacios públicos y privados.

No cayó 13, pero fue un martes, que aplastó sueños, proyectos y vidas productivas de cientos de seres, que en busca de alegría llevaron gran tristeza a sus familiares y a toda una nación. Por ellos, y por todos pujemos por el nacimiento de la cultura del mantenimiento, supervisión y control de las construcciones.

Por: Fidel Sánchez
Fidelsanchez1@gmail.com

El Nacional

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