Queremos referirnos a lo que ha sido la peor tragedia que ha vivido la nación dominicana en toda su historia; se trata de desplome total del techo de la discoteca Jet Set.

Decir de esta lamentable tragedia, que todavía toda la sociedad dominicana sigue viviendo y seguirá recordando, con gran pesar, dolor y luto durante toda la eternidad, porque será muy difícil olvidar las 234 almas fallecidas y cientos de heridos, pero como su nombre lo dice una tragedia inesperada con un desenlace final trágico y fatal.

Pero recordemos que para Jehová Dios de grandes tragedias pudieran resurgir grandes bendiciones, porque para muchos pudiera servirles para que se arrodillen y dobleguen ante él, para tratar de buscar el perdón.

También quisimos opinar del tema, tal vez motivados por ver el rol y el rumbo que le dieron y asumieron los medios, donde quedó evidenciado la gran diferencia que existe entre los tradicionales y las redes sociales en todas sus plataformas, exceptuando algunos; mientras los tradicionales se manejan con una línea editorial mucho más apegada a la verdad y credibilidad, las redes se prestan y son dadas a crear contenido sensacionalista con el único propósito de ganar remuneración monetaria, pero además son dados y se prestan sin tener conclusiones judiciales a condenar y difamar de manera alegre y burlona.
Ahora bien, como debió esperarse era obvio que saliera a relucir y se diera a conocer el nombre del dueño de la discoteca Jet Set, Antonio Espaillat, contra quien de inmediato los insensatos comenzaron una campaña de descrédito y difamadora, culpándolo de tal hecho.

Algunos piden hasta 30 años de cárcel y hasta la guillotina, mientras que otros como nosotros que apelamos al perdón sin dejar que se aplique la justicia de indemnización. Pregunto ¿o acaso no era imperdonable, doblemente imperdonable el pecado del rey David quien con saña planificó la muerte para también fornicar con la mujer de su general de confianza, y Jehová Dios terminó perdonándolo? ¿Por qué? Porque David se arrodilló y se doblegó ante él y por su súplica y clamor fueron emitidas para que se quede como un legado en el Salmo 51, donde dice “Oh Jehová Dios ten piedad y misericordia de mí, conforme a mi pecado, lavame calvamente de mi error”.

De manera particular entendemos que así como toda la sociedad dominicana espera se haga justicia de la misma manera reflexionar en el perdón ¿Por qué? Porque parece ser y no le queda de otra que el señor Antonio Espaillat asumió el mismo accionar del rey David, cuando dice que por no escuchar, por la desobediencia, por el poder político y económico le dio larga al problema.

Por: Danilo Valentín