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Tramas y poder

Tramas y poder

Manuel Fermín

El alma atormentada de Danilo Medina desempolvó la estratagema que alía la mala fe y la astucia, esa política de alcantarilla utilizada contra opositores desde el inicio de su gobierno -y no es necesario repasar  la secuencia de los hechos para confirmarlo-,  y con esa conducta de intriga desde el poder logró reelegirse construyendo una mayoría congresual sostenida por el soborno.

 “Gozar del poder corrompe de manera inevitable el juicio de la razón”… sentenció I. Kant, y vimos como aquellos juramentos, compromisos y convicciones fueron dejadas en el camino; inútiles y falsos porque nunca hubo la voluntad de cumplir.   Le robó la dignidad al cargo y él como su familia han sido antiejemplares en el comportamiento público, donde se le reprochan hechos bochornosos por corrupción y saqueo de bienes públicos, y que su propio perfil se ve con responsabilidades intransferibles de haber patrocinado esta infraestructura básica para delinquir.  Por esa razón -¡no es acoso- se solicita ampliar las pesquisas a quien se señala como la pieza central de esta arquitectura nefasta que solo le garantiza un futuro misérrimo.

  Rompiendo el silencio sus testimonios han sido decepcionantes, no ha mostrado el más mínimo signo de arrepentimiento, y su odio soterrado y fascinado con el mando montó un juicio acomodaticio y autocomplaciente con el caso Odebrecht, y en las primeras conclusiones adelantadas de cómo terminaría este por parte de la jueza Germán Brito, y para quitarse de encima esta “molestia”, en forma intrigante presentó todo un complot gravemente ofensivo contra ella, con espionaje ilegal, elaborando un panfleto insultante para sacarla del sistema judicial.  Asimismo, y como su poder se fundaba en el albañal, hizo convocar unas primarias amañadas contra la propia historia del PLD con voluntad de interferirla e imponer con total grado de perversidad a su favorito.  Precipitó la crisis y terminó devorado por ella.