Mucho fueron los que se preguntaron, mientras caían los misiles como mensajeros de la muerte, hasta qué punto Donald Trump apoyaba a Israel en la guerra que inició contra Irán. Pero nadie medianamente informado podía dudar que Netanyahu contaba con los Estados Unidos de América (EUA).
Entre las fuerzas políticas de la extrema derecha de la nación estadounidense, que hoy gobiernan a sus anchas, y los israelistas hay un pacto estratégico de gran calado. Buscan que Israel se convierta en el imperio del Medio Oriente para que los estadounidenses se concentren en detener el desarrollo y la expansión de China en Occidente.
Así como limitar a Rusia en su propósito de convertirse en un jugador activo e importante en la geopolítica global.
Es por eso que Trump fue sincero desde el primer momento en que Israel comenzó sus ataques a Irán en admitir que estaba al lado de su socio.
La preocupación que comparten frente a la posibilidad de que los iraníes avancen en su proyecto de enriquecimiento de uranio, hasta estar en condiciones de producir la bomba atómica, aunque Irán afirma que sus propósitos son pacíficos, es porque pone en peligro los planes de EUA para los pueblos árabes.
Es sintomática la doble moral que se aplica en la lucha político-militar de los poderosos de la Tierra. Todo es bueno y correcto si son ellos los que lo hacen, sin importar las barbaridades de que se trate; pero estaría mal y muy mal, hasta el grado de justificar sanciones y demás represalias, si otros hacen lo que ellos hacen y proclaman como bueno.
Concretamente, ellos pueden violar impunemente y con pleno descaro las normas que rigen el derecho internacional, que ellos mismos han establecido, hasta poseer y ampliar sus arsenales nucleares, pero nadie más puede osar imitarlos.
Resulta evidente que ante de los ataques con misiles, se ponderó que los aliados de Irán tenían pocas posibilidades de hacer un frente militar en esa guerra, llamada ya de los 12 días.
Xin Jimping y su pujante pueblo, por un lado, están muy concentrados en su política internacional de buen vecino y de ganar ganar en el comercio mundial y, por la otra parte, Vladimir Putin y su gobierno tienen las manos muy ocupadas en Ucrania.
Hamas y Hezbolá, entre otros grupos beligerantes, han sido seriamente golpeados por Israel. De manera que Irán solo le quedaba apoyarse y confiar en sus propias fuerzas, como lo hizo valerosamente. Las declaraciones públicas y gestiones diplomáticas son guerras por otros medios.
Además, Trump fue nuevamente sincero cuando declaró que había realizado un ataque aéreo espectacular contra tres laboratorios nucleares de Irán.
Si creemos en el informe publicado por la prensa más influyente en la patria de Lincoln, en que se afirma que el ataque a esos sitios nucleares iraníes produjo muy poco impacto, y que en unos meses pueden recuperarse de los daños causados, entonces Trump fue sincero, repetimos. Aquel bombardeo fue un espectáculo.