Sin ninguna prueba concreta que la sustente, la alerta de Estados Unidos a los afroamericanos para que no visiten República Dominicana por supuesta discriminación racial es una maldad a este país.

El jefe del Departamento de Estado, Antony Blinken, no ha presentado un solo caso que confirme que aquí se ha maltratado a algún afroamericano al confundirlo con haitiano.

El jefe de la diplomacia estadounidense ni siquiera ha respondido el emplazamiento del canciller dominicano Roberto Álvarez de presentar un solo ejemplo de que aquí se ha apresado y tratado de deportar a Haití a algún estadounidense de color.

Sin embargo, Blinken todavía mantiene vigente la alerta migratoria anunciada en noviembre de 2022, como un acto inamistoso con República Dominicana.

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Y todo porque el Gobierno se ha negado a detener la repatriación de indocumentados haitianos y a permitir el establecimiento en el territorio de un campo de refugiados.

En la entrevista con la subsecretaria Wendy Sherman el presidente Luis Abinader ha reclamado que se revoque el alerta.

Al ser interpelado en una comisión de la Cámara de Representantes por la republicana María Elvira Salazar, una antigua periodista, Blinken reconoció que el Gobierno dominicano no es racista.

Sin embargo, no acaba de revocar una alerta que si bien no ha impedido a los estadounidenses vacacionar y disfrutar de este país tampoco ha dejado de hacerle daño.