ESTAMBUL, Turquía (AP) — Las calles de las grandes ciudades turcas estaban tranquilas el viernes, un día después de que el Parlamento declarara el estado de emergencia por tres meses, que permite al gobierno extender los periodos de detención y emitir decretos sin aprobación parlamentaria.
Sin embargo, en un indicio de las tensiones latentes en el país, los manifestantes se reunieron el jueves por la noche ante la base militar de Etimesgut, en Ankara, y aparcaron camiones afuera, quizá temiendo que los tanques trataran de abandonar las instalaciones. No estaba claro qué había provocado el incidente, y el suministro eléctrico parecía haberse cortado en la base.
El jueves, el parlamento había aprobado con 346 votos a favor y 115 en contra, un estado de emergencia nacional, otorgando amplios poderes al presidente Recep Tayyip Erdogan.
El mandatario ha dicho que usará los poderes para enfrentar las amenazas a la democracia, aunque sus críticos temen que se están vulnerando los derechos fundamentales. Aun sin el estado de emergencia, las autoridades ya habían lanzado una ofensiva con arrestos masivos, despidos de funcionarios y la clausura de escuelas. Erdogan sostuvo que los nuevos poderes permitirán al gobierno erradicar el “virus” de la subversión en las fuerzas armadas, y atribuyó la intentona del 15 de julio a Fetula Gulen, un clérigo islámico radicado en Estados Unidos.
El clérigo ha negado estar involucrado en los sucesos. Entre los detenidos en la ola represiva está el prominente periodista turco Orhan Kemal Cengiz y su esposa, Sibel Hurtas, quienes fueron arrestados en el aerropuerto internacional de Estambul cuando iban a salir del país el jueves.