Carta de los Lectores

Vicios en sector público

Vicios en sector público

Recientemente tuve la oportunidadde participar en una excelente conferencia dictada por el doctor Manuel Villoria, titulada “Vicios en la Administración Pública”, actividad organizada por el Programa Nacional para la Promoción de la Ética (ProÉtica); en dicha conferencia fueron abordados algunos aspectos que quisiera compartir con los lectores de este medio.

El doctor Villoria fue enfático al afirmar, que las organizaciones tanto públicas como privadas, que están legalmente constituidas en una sociedad democrática, son pilares de un sistema social justo, si están construidas sobre sólidas bases morales, si cumplen su misión social, si cooperan para el bien común y promueven la integridad de sus miembros.

Desde una perspectiva operativa, un gobierno íntegro es el que asume e implanta los instrumentos, procesos y órganos necesarios para prevenir la corrupción y fomentar un servicio público coherente con los principios y valores que fundamentan su ética profesional en una sociedad democrática.

En ese sentido, para el experto quien tiene una amplia experiencia como Director del Departamento de Gobierno y Administración Pública, del Instituto Universitario Ortega y Gasset, plantea dos formas de abordar la ética en el trabajo, por un lado se puede adoptar una postura de mera conformidad o cumplimiento de las normas y de los objetivos, sin implicarse en la reflexión de cuál es el sentido moral del trabajo, y en segundo lugar es asumiendo una postura en la que el trabajador público reflexione sobre las normas y el sentido ético de su trabajo, de forma que asume de un modo voluntario y consciente las implicaciones profesionales y éticas del papel que desempeña. A partir de esta conformidad interior sí es posible activar toda su capacidad moral y desde luego toda su entrega.

De acuerdo al doctor Villoria, para poder combatir los vicios de la administración pública, es necesario crear un sistema de integridad que abarque la voluntad política en el ejecutivo de prevenir y combatir la corrupción; un sector público competente, objetivo e imparcial, con adecuados sistemas de contratación; la existencia de buena gobernanza y en el combate a la corrupción; un eficaz sistema de auditoría y control contable y financiero; partidos políticos comprometidos con la lucha anticorrupción y que se financian limpiamente; un poder judicial independiente e imparcial, además de competente en la lucha anticorrupción. (Continuaré)
Pablo Vicente

El Nacional

La Voz de Todos